Capítulo 52
Mariana entra en una celda. El guardia que la escoltaba la empuja hacia adentro y cierra la puerta inmediatamente. La habitación es fría, lisa, vacía. Sólo una cama.
Sólo una cama y sus padres no saben nada aún. ¿Cómo se los diría?
¿Cómo les diría que asesino a un hombre? O quizá…
¿Cómo le creerían que puede ver el futuro?
Aplasta la cara contra el acolchado Mariana. Recuerda viejos tiempos. Buenos tiempos. Cualquier momento, anterior a ver la muerte de Atilio, es bueno…
jueves, 31 de marzo de 2011
lunes, 28 de marzo de 2011
Y más descripción.
Capítulo 51
Mario sudaba frío. No podía creer que el joven en el cual había confiado le hubiera podido hacer eso…
- ¿No le pusiste azúcar? – Rió el joven de fuego.
Mario lo miró con temor, esperando desmayarse o algo. Luego se fue a seguir escupiendo el líquido al césped, hacía demasiado que no bebía café pero aún así, éste era bastante amargo.
Mario sudaba frío. No podía creer que el joven en el cual había confiado le hubiera podido hacer eso…
- ¿No le pusiste azúcar? – Rió el joven de fuego.
Mario lo miró con temor, esperando desmayarse o algo. Luego se fue a seguir escupiendo el líquido al césped, hacía demasiado que no bebía café pero aún así, éste era bastante amargo.
miércoles, 23 de marzo de 2011
Caracterización.
Capítulo 50
No podía ser cierto. Pese a que Paula confiaba muchísimo en Mariana, tenía que corroborarlo. Fue a buscar el diario que su padre había comprado ese dia. No podía ser verdad
- ¿Y qué les voy a decir?
- No sé Mari, inventá algo, como que vos querías cruzar la calle y lo quisiste salvar…
- Ya lo intenté. – Mariana sonaba un poco menos angustiada. – Pero no me creyó.
Finalmente Paula encuentra el periódico. Va rápidamente hasta la sección “sucesos”.
- Bueno, ¿qué otra manera habría?
- Dicen que me van a poner en prisión preventiva hasta el día del juicio… y… y que… - Se quiebra en llanto nuevamente – Que según la ley me pueden condenar a prisión perpetua… ¡Pero yo no lo maté!
Paula piensa y avalúa las cosas lo más fríamente que puede. Frente a ella, el titular con grandes letras negras anuncia:
Adolescente empuja a anciano hacia la muerte en barrio Alberdi.
No podía ser cierto. Pese a que Paula confiaba muchísimo en Mariana, tenía que corroborarlo. Fue a buscar el diario que su padre había comprado ese dia. No podía ser verdad
- ¿Y qué les voy a decir?
- No sé Mari, inventá algo, como que vos querías cruzar la calle y lo quisiste salvar…
- Ya lo intenté. – Mariana sonaba un poco menos angustiada. – Pero no me creyó.
Finalmente Paula encuentra el periódico. Va rápidamente hasta la sección “sucesos”.
- Bueno, ¿qué otra manera habría?
- Dicen que me van a poner en prisión preventiva hasta el día del juicio… y… y que… - Se quiebra en llanto nuevamente – Que según la ley me pueden condenar a prisión perpetua… ¡Pero yo no lo maté!
Paula piensa y avalúa las cosas lo más fríamente que puede. Frente a ella, el titular con grandes letras negras anuncia:
Adolescente empuja a anciano hacia la muerte en barrio Alberdi.
lunes, 21 de marzo de 2011
Delimitación
Capítulo 49
Riiiinnngg...!!
...
Riiiinnngg...!!
- Paula podés atender por favor, que yo no puedo!
Paula deja la computadora de lado. Se levanta y trota hacia el teléfono.
Click!
- ¿Hola?
- Pau...
- Si, ¿quien habla? - notaba algo conocido en esa voz. Pero no sabía reconocer de quién era. Sonaba algo angustiada.
Del otro lado de la línea sólo hubo un profundo silencio y un luego se oyó un ahogado sollozo.
Riiiinnngg...!!
...
Riiiinnngg...!!
- Paula podés atender por favor, que yo no puedo!
Paula deja la computadora de lado. Se levanta y trota hacia el teléfono.
Click!
- ¿Hola?
- Pau...
- Si, ¿quien habla? - notaba algo conocido en esa voz. Pero no sabía reconocer de quién era. Sonaba algo angustiada.
Del otro lado de la línea sólo hubo un profundo silencio y un luego se oyó un ahogado sollozo.
jueves, 17 de marzo de 2011
Introducción
Capítulo 48
- Bien, vamos de nuevo, ¿qué te parece?, vos me decís que no tenías ninguna razón para empujar a Atilio contra el colectivo que venía por la calle...
- No, no tenía ninguna razón, no lo conocía al señor yo.
Mariana procesaba la información a toda velocidad. ¿Cómo podría demostrar que ella no era culpable? Todos los peatones y los conductores que circundaban por esa zona lo habían visto clarísimo. Ella había empujado al anciano contra el vehículo.
- Yo no lo empujé, lo quise agarrar en realidad.
- Lo quisiste agarrar... - El policía que realizaba el interrogatorio sonaba con un tono despectivo y sonreía hipócritamente. - Y, decime, ¿para qué lo querías agarrar?
- Bien, vamos de nuevo, ¿qué te parece?, vos me decís que no tenías ninguna razón para empujar a Atilio contra el colectivo que venía por la calle...
- No, no tenía ninguna razón, no lo conocía al señor yo.
Mariana procesaba la información a toda velocidad. ¿Cómo podría demostrar que ella no era culpable? Todos los peatones y los conductores que circundaban por esa zona lo habían visto clarísimo. Ella había empujado al anciano contra el vehículo.
- Yo no lo empujé, lo quise agarrar en realidad.
- Lo quisiste agarrar... - El policía que realizaba el interrogatorio sonaba con un tono despectivo y sonreía hipócritamente. - Y, decime, ¿para qué lo querías agarrar?
martes, 15 de marzo de 2011
Time Paradox
Capítulo 47
Mariana caminaba a prisa, solía caminar bastante más rápido que otras personas.
Debía llevarle la olvidada libreta a su hermana, Marcela, en el colegio.
Esa misma mañana Mariana se había despertado, había tenido un flash en el cual ella levantaba el tubo del teléfono y se enteraba de que su hermana había olvidado su libreta escolar. Efectivamente, su habilidad nuevamente no falló, por desgracia.
Sonó el teléfono. Aún así seguía sin querer generar paradojas temporales. Esa idea la intimidaba un poco.
- ¿Hola?
- ¿Mari?
Escuchar la voz de su hermana rompió con las expectativas que inevitablemente tenía Mariana de querer que su habilidad tuviese alguna excepción.
Mariana caminaba a prisa, solía caminar bastante más rápido que otras personas.
Debía llevarle la olvidada libreta a su hermana, Marcela, en el colegio.
Esa misma mañana Mariana se había despertado, había tenido un flash en el cual ella levantaba el tubo del teléfono y se enteraba de que su hermana había olvidado su libreta escolar. Efectivamente, su habilidad nuevamente no falló, por desgracia.
Sonó el teléfono. Aún así seguía sin querer generar paradojas temporales. Esa idea la intimidaba un poco.
- ¿Hola?
- ¿Mari?
Escuchar la voz de su hermana rompió con las expectativas que inevitablemente tenía Mariana de querer que su habilidad tuviese alguna excepción.
domingo, 13 de marzo de 2011
Bienaventuranza.
Capítulo 46
Mario Robles fue a la primaria, tuvo el privilegio de poder concurrir a una, aunque algo mediocre, secundaria. Más tarde realizó la carrera de Ingeniería del Petróleo…
Pasó por la vida concentrándose en volcar su tiempo en el estudio, procurando disminuir al mínimo distracciones como juntarse con amigos, salir a bailar los fines de semana, tener múltiples novias…
No había bebido casi nunca en su vida, sólo en épocas festivas, una sidra o un ananá fizz…
Pero la vida lo había superado, hoy, veinte años más tarde de su graduación, veinte años después de haber conseguido una plancha de celulosa con tinta dispuesta de una artística manera y con más ornamentos que los necesarios, nada había resultado como lo hubiera planeado.
Mario Robles fue a la primaria, tuvo el privilegio de poder concurrir a una, aunque algo mediocre, secundaria. Más tarde realizó la carrera de Ingeniería del Petróleo…
Pasó por la vida concentrándose en volcar su tiempo en el estudio, procurando disminuir al mínimo distracciones como juntarse con amigos, salir a bailar los fines de semana, tener múltiples novias…
No había bebido casi nunca en su vida, sólo en épocas festivas, una sidra o un ananá fizz…
Pero la vida lo había superado, hoy, veinte años más tarde de su graduación, veinte años después de haber conseguido una plancha de celulosa con tinta dispuesta de una artística manera y con más ornamentos que los necesarios, nada había resultado como lo hubiera planeado.
sábado, 12 de marzo de 2011
Primeras teorías...
Capítulo 45
Oscura y despejada noche del 30 de Agosto de 2011.
En una casa al oeste de la ciudad, David se dispone a dormir, mira la billetera donde guarda el dinero que ha conseguido. Se desviste con algo de ayuda de su habilidad, se sienta en su cama, luego cierra la puerta de su pieza con sólo extender la mano, se acuesta. No son demasiadas las dudas que llegan a su mente acerca de la habilidad nueva, se ha concentrado mas bien en disfrutar y conocer el poder, más que en plantearse de dónde surgió...
Oscura y despejada noche del 30 de Agosto de 2011.
En una casa al oeste de la ciudad, David se dispone a dormir, mira la billetera donde guarda el dinero que ha conseguido. Se desviste con algo de ayuda de su habilidad, se sienta en su cama, luego cierra la puerta de su pieza con sólo extender la mano, se acuesta. No son demasiadas las dudas que llegan a su mente acerca de la habilidad nueva, se ha concentrado mas bien en disfrutar y conocer el poder, más que en plantearse de dónde surgió...
martes, 8 de marzo de 2011
Un día normal en una vida normal.
Heroes Del Silencio - Hechizo
Capítulo 44 {Por David}
Era un día lluvioso de verano, caía una suave llovizna, típica de verano, de esa que apenas si humedece, decidí que ya había pasado mucho tiempo frente el monitor y decidí salir a caminar. Me colgué el MP4 en la cintura, pasé los cables de los auriculares por la espalda, debajo de la remera, y los conecté, agarré las llaves, salí de mi pieza, crucé el living, me frené frente al garaje y grité:
- Mááá, me voy a caminar
- ¿A dónde?
- Por ahí má
- Bueno, llevá una campera que está lloviendo
- No má… si yo creí que estaba soleado…
- Ay ay ay David, ¿En qué mundo vivís?
Capítulo 44 {Por David}
Era un día lluvioso de verano, caía una suave llovizna, típica de verano, de esa que apenas si humedece, decidí que ya había pasado mucho tiempo frente el monitor y decidí salir a caminar. Me colgué el MP4 en la cintura, pasé los cables de los auriculares por la espalda, debajo de la remera, y los conecté, agarré las llaves, salí de mi pieza, crucé el living, me frené frente al garaje y grité:
- Mááá, me voy a caminar
- ¿A dónde?
- Por ahí má
- Bueno, llevá una campera que está lloviendo
- No má… si yo creí que estaba soleado…
- Ay ay ay David, ¿En qué mundo vivís?
jueves, 3 de marzo de 2011
Sábado a la noche....
Capítulo 43
ACTO FINAL.
TADEO: (Sorprendido) – Mierda, ¡mis guantes!
ROLANDO: (empujando al Patovica con fuerza, sin lograr soltarse de sus manos.) – Pero soltáme, la puta que te parió.
PATOVICA: (Sin darle demasiada importancia al golpe recibido por los guantes voladores.) - Rajá pelotudo, no te quiero ver de nuevo por acá, ¿estamos? (Empuja con fuerza a Rolando hacia el piso. Rolando hace unos pasos bruscos hacia atrás, trastabilla y cae de espaldas.)
ULISES: (Al patovica) - Qué te pasa boludo?
ROLANDO: (Incorporándose) - No, no, dejalo. Que ya tenemos quilombo por aquel lado…
El patovica vuelve a su puesto, desde allí permanecerá indiferente, mirando lo que suceda.
El joven amaga nuevamente con lanzar un golpe, pero ahora dirigido a la cara de Tadeo. Maqui hará un gesto para correr hacia delante, dejando caer al piso a la chica delgada, Desaparece. Inmediatamente aparece detrás del joven. Tadeo recibirá una bofetada con el dorso de la mano del joven. Luego lo mirará fijo. Simultánea y conjuntamente con Maqui le darán una bofetada, con sus respectivas manos derechas. A Tadeo se le desaparecerán las pupilas de inmediato, blanqueando sus ojos, lagrimeando un poco.
ACTO FINAL.
TADEO: (Sorprendido) – Mierda, ¡mis guantes!
ROLANDO: (empujando al Patovica con fuerza, sin lograr soltarse de sus manos.) – Pero soltáme, la puta que te parió.
PATOVICA: (Sin darle demasiada importancia al golpe recibido por los guantes voladores.) - Rajá pelotudo, no te quiero ver de nuevo por acá, ¿estamos? (Empuja con fuerza a Rolando hacia el piso. Rolando hace unos pasos bruscos hacia atrás, trastabilla y cae de espaldas.)
ULISES: (Al patovica) - Qué te pasa boludo?
ROLANDO: (Incorporándose) - No, no, dejalo. Que ya tenemos quilombo por aquel lado…
El patovica vuelve a su puesto, desde allí permanecerá indiferente, mirando lo que suceda.
El joven amaga nuevamente con lanzar un golpe, pero ahora dirigido a la cara de Tadeo. Maqui hará un gesto para correr hacia delante, dejando caer al piso a la chica delgada, Desaparece. Inmediatamente aparece detrás del joven. Tadeo recibirá una bofetada con el dorso de la mano del joven. Luego lo mirará fijo. Simultánea y conjuntamente con Maqui le darán una bofetada, con sus respectivas manos derechas. A Tadeo se le desaparecerán las pupilas de inmediato, blanqueando sus ojos, lagrimeando un poco.