Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

martes, 15 de marzo de 2011

Time Paradox

Capítulo 47

Mariana caminaba a prisa, solía caminar bastante más rápido que otras personas.
Debía llevarle la olvidada libreta a su hermana, Marcela, en el colegio.

Esa misma mañana Mariana se había despertado, había tenido un flash en el cual ella levantaba el tubo del teléfono y se enteraba de que su hermana había olvidado su libreta escolar. Efectivamente, su habilidad nuevamente no falló, por desgracia.

Sonó el teléfono. Aún así seguía sin querer generar paradojas temporales. Esa idea la intimidaba un poco.

- ¿Hola?
- ¿Mari?

Escuchar la voz de su hermana rompió con las expectativas que inevitablemente tenía Mariana de querer que su habilidad tuviese alguna excepción.

- ¿Que pasa Marce? - Empezó a buscar la libreta de Marcela.
- ¿Adiviná qué? - Busca y revisa hasta encontrarla, algo escondida en su mesa de luz... Se termina de abrigar y comienza a bajar las escaleras.

- Dejame adivinar, te olvidaste algo importantísimo para hoy...
- Si... ¿cómo adivinaste?

Sólo necesitó un segundo para elaborar una respuesta totalmente lógica.

- No creo que llames desde el horario de clases a casa si no fuera por algo como éso.
- Si.
- Seguro que fue la... no. ¿qué fue? - Mariana ya está lista para salir, pero permanecía sin hacerlo por el mero hecho de no llevarse el teléfono inalámbrico consigo misma.

- La libreta.
- Mmmm... bueno, yo te la busco y te la llevo.
- Bueno, dale, gracias Mari.
- De nada, beso, chau.

Click.

Salió y, apenas llegó a la parada, su colectivo llegó. Era la única en esa parada. No había previsto ésto, pero era una buena noticia de todas formas. Inmediatamente después de extraer el boleto (en el cual se leía "Fecha:02/09/2011"; "No 565".) y de mirar que evidentemente era capicúa, encontró sólo un asiento desocupado, como si estuviese esperándola. Ver todo ésto la intrigó.

- ¿Cómo hubiera ido este día si yo no tuviese el Precog? seguramente me hubiera levantado, hubiese recibido el llamado, si no hubiese "adivinado" que era la libreta, Marcela quizá tardaba más en decirmelo, me hubiese demorado cambiándome, buscando la libreta, y saliendo de la casa. Este colectivo muy probablemente se me hubiera pasado y otra persona habría recibido el boleto con número capicúa y hubiera tenido este asiento esperándole...

En ese momento sube un hombre de traje al colectivo, el primero de la siguiente parada. Al verlo, una parte de Mariana se sintió extraña, como "aprovechadora" de la suerte que apuntaba hacia él.

- Bueno, pero como yo no sabía que iba a pasar todo ésto, entonces la suerte, quien debe ya saber que tengo precog (y quien debe de decidir qué flashes recibo y cuales no) debe de haber puesto todas estas condiciones para que yo sea la que disfrute de poder viajar sentada en el colectivo y no él. Supongo.

Divagando por las reflexiones filosóficas Mariana llegó nuevamente a la conclusión unificadora: infinitos "yo" alternos viviendo simultáneamente.

Lllegando a la parada del colegio, se puso de pie, llegó hasta la puerta, tocó timbre, el colectivo frenó y ella bajó.

Mariana caminaba a prisa, solía caminar bastante más rápido que otras personas.

Cuando iba llegando al colegio pensó en qué podría hacer luego de éso.

- ¿Ir a visitar a alguien?¿Ir a alguna plaza?¿Volver a casa? Cada una de las decisiones que tome se va a convertir en uno, o varios, de mis propios "yo alternos"... - Pensó.

Llegó al colegio, buscó el aula de su hermana. Le entregó la libreta. Su hermana ni siquiera sospechó que su llegada había sido demasiado veloz. Comenzó a bajar la rampa del colegio pensando en si alguna Mariana de alguna dimensión distinta ya habría generado paradojas temporales... ¿Qué habría sido de ella?

Inmediatamente recibió otro flash.

En el flash se veía una espalda, de un anciano. El anciano cruzando presurosamente una calle y un colectivo diferencial que realizaba un giro apresurado en una esquina y atropellaba violentamente al anciano, pasando sus ruedas delanteras y traseras por encima de su tórax. Hundiéndosele éste, muy probablemente incrustando sus costillas en su pulmones. El sonido es aterrador, tanto de los huesos retorciéndose como de los ahogados gritos del anciano. Tras ésto el anciano queda tendido en el asfalto y el colectivo acelera.

Inmediatamente Mariana empezó a trotar. En su flash había alcanzado a divisar la heladería de la esquina entre las calles Santa Rosa y Santa Fe. Esa esquina no quedaba tan lejos, sólo debía llegar a tiempo.

Mientras trotaba Mariana pensaba y repensaba.

- Pero entonces ahora estoy a punto de generar una paradoja! ese anciano debe morir atropellado por el colectivo! es así como debería ser...!

Pero otra parte, dentro de sí misma, retrucaba.

- No! no es así la suerte, además, aunque la suerte tenga un destino previsto, se puede cambiar, sobretodo YO, por poder hacerlo... esta mañana pude cambiar la suerte... puedo cambiar el "destino".

Respiraba agitadamente. Se cruzó de vereda de la calle Rioja, llegando a la esquina de Rioja y Santa Fe, pensó que debería pensar las cosas un poco más fríamente, pero no, no debía , si se retrasaba un segundo, había chances de que sucediese lo que ella había vaticinado. Y no quería eso, REALMENTE no lo quería, estaba dispuesta a generar una paradoja, mil, infinitas, pero no quería eso...

Continuaba trotando a la mayor velocidad que le otorgaban su adrenalina y sus piernas, a mitad de cuadra vió al anciano comenzando a cruzar la calle en la esquina. Es el último esfuerzo, tiene que salvarlo, TIENE que salvarlo.

- ¡Señor! ¡señor! ¡Por Dios, SEÑOR! - Grita la cansada garganta de Mariana. Pero, claro, el señor es viejo y no la escucha...

Corre, el anciano ya está cercano al lugar. Se acerca Mariana diagonalmente por la calle, un auto tiene que disminuir la velocidad y le toca un bocinazo.

Está a unos tres metros del anciano. Aparece el colectivo que realiza un rápido giro.

Sólo debe sacarlo de ese lugar, Mariana estira su brazo, alcanza a rozar la ropa del anciano antes de que el colectivo lo tire al piso y pase por encima de...

- NO! - Grita Mariana.

... su tórax, incrustándole las costillas en sus pulmones.

- NOOOOOO!!!!!!!! AAAAAAAARRRRGHHHH!!!! DIOS!!!! NO!!!! - Grita una mujer que llega corriendo.

El sonido es aterrador.

El anciano está tirado en el asfalto, mirando a su sobrina. Su sobrina está gritando por algo de ayuda y mira con un terrible odio a Mariana. Mariana lleva sus temblorosas manos a su cara.

El colectivo diferencial acelera, parece huir del lugar, sin embargo frena a mitad de cuadra. El chofer se baja agarrándose la cabeza.

Capítulo anterior.__________Capítulo siguiente.

6 comentarios:

  1. rolO!! como qe el colectivo huye del lugar?? nuncaa pasaaa esoo >.< no huyen! estaaas locoo

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  2. no importa lo que diga la nati, este episodio esta buenisimo! (jotai)

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  3. obviooo esta buenisimo, muy bueno. pero eso del colectivo... es qe se porqe puso eso rolo, y porqe lo cree, y no es asi! =P

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  4. por un momento pense q mari era la sobrina...muy bueno rolo..! Anto

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