Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

domingo, 29 de mayo de 2011

Sin palabras

Capítulo 63

Una señora salió a barrer la vereda. Los domingos a la mañana le deprimían por motivos que no podía precisar. Todo estaba tan mudo, tan quieto, tan… muerto. Sacudió la cabeza, ahuyentando todos aquellos malos pensamientos, dándose cuenta de que, mirándole el lado amable, por fin podía disfrutar de estar en la vereda de su casa.

 - Qué bárbaro estos mocosos de mierda de hoy en día… qué asco… las cajas de vino toro, las botellas rotas, el vómito… qué asco me da el vómito… me parece que mejor voy a regar… no se puede barrer… es tan… aggg… ¿Y ésto? – lo recoge con el extremo del palo de la escoba - ¿Qué es? ¡¡AHGGGG!!! – Grita cuando descubre la desvergonzada verdad y lo revolea lejos, para que termine siendo el asunto de otro vecino tener que recogerlo.

miércoles, 25 de mayo de 2011

El verdadero héroe.

Dos pedales de aceleración son presionados simultáneamente.

Al mando de uno de los vehículos está Julian Méndez. Sentado a su lado su compañero Matías.

Al mando del otro el joven de hielo, en el asiento trasero duerme Kira.

Capítulo 62

Aceleración. Giro de volante. Embrague. Cambio de marcha.

Ambos llegan ante un semáforo en rojo de la Monseñor Pablo Cabrera. Esperan dos segundos, miran para ambos lados, al encontrar la calle vacía aceleran.

Se cruzan el Corsa Classic y el Falcon.

Una leve mirada entre Méndez y el Joven. Mirada de seriedad... ninguno de los dos se conoce.

El joven va presionando el volante con las manos transpiradas. Un anillo le patina en uno de sus dedos. Presiona con los pulgares en cada maniobra que realiza. Y aprieta con fuerza la mandíbula.

Méndez hace exactamente lo mismo.

lunes, 23 de mayo de 2011

Ni el bien ni el mal tienen fundamento racional.

Capítulo 61

Un párpado cerrado en la oscuridad es iluminado por las líneas de luz solar que entran por las hendijas de la persiana.

Se abre el ojo. Una pupila marrón.

- ¡Arriba gordooo...!
- Ahhhh... si. - Méndez se sienta en el borde de su cama frotándose la cara. Tiene una musculosa y un slip.
- Fuu, que quilombo. - Piensa mirando la habitación matrimonial. Se para, se estira.

CRACKCRETRACK

Las vértebras, las rodillas y los codos.

- No te hagás así que vas a tener artrosis... y vení a tomarte unos mates.

jueves, 19 de mayo de 2011

Desarrollo

Capítulo 60

....................10:06 hs..............

- Esta muchacha... no se-será enviada a prisión.

A Mariana se le ilumina la cara tras levantarla de las palmas de sus manos. Abre los ojos como platos. Su padre frunce el entrecejo y sonríe, la madre se acerca a ella para abrazarla.

Las palabras salen de la boca del Juez, que está aterrorizado.
- Sino que se expedirá la orden de su traslado al correspondiente establecimiento clínico para su...

- ¡Hijo de puta! - Grita Nuñez poniéndose de pie y tirando la silla hacia atrás. - ¡Hijo de remil puta! - Golpea la mesa y señala al juez. Luego se lleva las manos a la cabeza.

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Desenfunda la Beeman 2261 adaptada para dardos. Pero ni bien apunta la muñeca se le entumece del hiper enfriamiento extremo. El índice le tiembla buscando la fuerza para apretar el gatillo, pero no lo logra. Una mano amplia le arrebata el arma y la empuja al asfalto.

Las manos de Kira son congeladas contra el piso en cuanto intenta incorporarse. Sentirá el mismo chillido de dolor en sus extremidades, el mismo que nunca olvidó.

martes, 17 de mayo de 2011

Cada ente se define por su némesis.

Capítulo 59

- Como ya te dije, trato de ayudarte, por ahora con un techo como mínimo. Ah, y a propósito... ¿Sabés de albañilería?
- Supongo que sí, lo básico.
- Bueno, acá a la vuelta están por empezar a construir, fijate si en una de esas te dejan trabajar ahí.
- Si, si.
- Haz demostrado ser eficiente y fiel. Y por ello te voy a conceder ésto.

El joven le entrega una llave.

- Es la llave de la puerta principal.

domingo, 15 de mayo de 2011

Let's get it started!

Capítulo 58

- Al primero lo encontré como un caso extraño, aislado. Anómalo sería un buen término.
Me acuerdo que fue en un bar. Antes de entrar había dos autos estacionados afuera, la patente del primero era GRT 477 y el segundo no tenía patente. Cuando ingresé me senté en la quinta mesa de la segunda fila. Había exactamente, contadas, diecisiete personas sentadas en el bar. Pedí un café y me acomodé la corbata.
Miré hacia las otras mesas. tres de ellas tenían a una pareja, otras tres con núcleos familiares de 4, 3 y 3 personas respectivamente. Nadie me prestaba atención. Miré hacia la puerta de ingreso, tres metros distaba de mí. Tres metros era un poco más de la justa medida. El Mozo se llamaba Roberto como leí en su pecho, cuando me trajo el café con los tres sobrecitos de azúcar.