Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

domingo, 15 de mayo de 2011

Let's get it started!

Capítulo 58

- Al primero lo encontré como un caso extraño, aislado. Anómalo sería un buen término.
Me acuerdo que fue en un bar. Antes de entrar había dos autos estacionados afuera, la patente del primero era GRT 477 y el segundo no tenía patente. Cuando ingresé me senté en la quinta mesa de la segunda fila. Había exactamente, contadas, diecisiete personas sentadas en el bar. Pedí un café y me acomodé la corbata.
Miré hacia las otras mesas. tres de ellas tenían a una pareja, otras tres con núcleos familiares de 4, 3 y 3 personas respectivamente. Nadie me prestaba atención. Miré hacia la puerta de ingreso, tres metros distaba de mí. Tres metros era un poco más de la justa medida. El Mozo se llamaba Roberto como leí en su pecho, cuando me trajo el café con los tres sobrecitos de azúcar.

Cuatro más tres más tres más trespordos...

Inmediatamente giré la cabeza a un costado, había alguien a quien había omitido. De reojo lo ví. Un joven de tez morena pálida me miraba, se confundía con el respaldo de cuerina por su campera negra. Estaba sentado justo una mesa más cerca de la puerta de acceso y por su constitución parecía algo competente.
Vuelvo la vista hacia mi humeante taza de café pero sin dejar de lado ese detalle.

No parecía ser policía. No llevaba armas.
Pero claro, ¿a quien se le podría haber ocurrido que podía prescindir de ellas?

La manga de mi camisa se asoma desde dentro de la del saco y, desde dentro de ésta, asomaba mi Rolex en mi muñeca izquierda. Agarré la taza y me la llevé a la boca. Estaba expectante por saber qué estaría mirando el idiota aquel... ¿Sabría algo acaso sobre... ? No. Era imposible.

Si él supiese algo esperaría a que yo intente salir para encauzarme. Pensé, la pequeña cuchara revolvía el azúcar disolviéndose.

En un sólo instante recordé las instalaciones arquitectónicas del interior de la cocina del bar y la rutina que había que seguir para encontrar la puerta trasera. Sólo en caso de algún incidente. No tenía ni siquiera un arma de trabajo ahí.

En ese momento procuré sorber el café rápidamente. Tuve que contenerme de escupirlo. Estaba helado y tenía pequeños filamentos de hielo. Insulté en voz baja a Carlos, el primer mozo que vi. Aprovechando éso como excusa para tener que irme. Carlos se disculpó y yo me paré inmediatamente diciéndole discretamente que se quede con el dinero.

Caminé con naturalidad, pero atento. El joven no me atacó y salí del bar. Me subí al auto y, desde allí lo observé por el ventanal del bar.

El estúpido chico ahora se agarraba la boca, como quien busca contener la propia risa. En ese momento no se me ocurrió asociar ambos hechos, pero algo en ese evento no terminaba de cerrarme... y no suelo olvidar eventos extraños, sobre todo si puedo sacarles algún provecho.

Luego unos contactos me advirtieron de que había un grupo de jovenes extraños en la costanera, pero para cuando llegué ya se habían marchado.

Según breves indagaciones llegué a un demente, quien me dijo que eran chicos con facultades especiales.

Un tiempo más tarde me encontraba cerca del Orfeo y lo vi de nuevo. Era el mismo joven del bar. Caminaba con paso apresurado. Abordó un taxi número 0415. Inmediatamente dí media vuelta con el auto y lo seguí desde lejos, cuando descubrí dónde vivía envié a una de las mejores a hacer un paneo.

Cuando ya estuvo armado el operativo y estaba por ser llevado a cabo, otro contacto me informa sobre unos chicos extraños que hicieron aparición en el Hospital Neonatal. Destrozaron todo. La breve indagación que pude realizar me llevaba con más y más imbéciles que afirmaban que uno de ellos podía arrebatarle el arma a un oficial, otro podía ablandar sus huesos, etc.

De no ser por la cantidad de testigos, hubiera dudado con mucha mas tenacidad.

Fue ahí cuando asocié los hechos ocurridos en el bar. Aunque era evidente que el chico no podía enfriar líquidos ni nada por el estilo, quise presionar a Kira con ello para así analizar su desarrollo.

Lamentablemente no lo logró. Es increíble lo decepcionante que puede llegar a ser alguien. Más allá del develar que el chico sí tenía facultades superiores. Fué el primer y único fracaso en Kira.

A la segunda, a la chica esta que lee mentes... no. Con ella fue de otra manera. Fue en un minimercado, cerca de su barrio. Tres góndolas, cuatro cajas, distancia mínima entre las cajas y la salida. Alrededor de diez personas merodeando. Obviamente haber presenciado al chico que podía congelar las cosas, además de sorprenderme, me abrió la mente.

En cuanto estaba comprando algo, noté que ahora una chica me mira fijamente. Ella estaba en la caja, pagando su compra, y yo estaba a mitad de una góndola. Obviamente, e igual que siempre, no dejo pasar esos detalles.

Debía saber algo, y si no, ¿por qué me miraría tan fijamente?
- Maldita sea chica estúpida deja de mirarme. - Pensé.
Inmediatamente la chica se ofuscó, de la tranquilidad que tenía pasó a arrebatarle el dinero al cajero y a agarrar con bronca las bolsas.

No entendía nada en ese momento, casi por reflejo busqué algo en mí que estuviese frío, congelado, algo distinto. Pero no encontré nada.
La perseguí quizá por esquizofrenia o por un mero capricho. Pero algo me impulsaba a seguirla, sólo había tenido una oportunidad con el chico de hielo y la había desperdiciado, no me iba a pasar de nuevo.

Mientras caminaba detrás de ella , asegurandome de que no me oyera, me dediqué a observarla. Delgada, tez morena.
- Si pudiera TENERLA... - Pensé.- Sería de muchí...

En ese mismo instante ella volteó.

- IMBÉCIL - me dijo.

No me costó tanto darme cuenta de su facultad especial. Pero aún así se me generaban muchas nuevas dudas...

Envíe nuevamente a Kira. No porque pretendiera perder otra oportunidad, sino porque no tenía nada mejor para enviar. Era ella o un equipo, pero el equipo ya había fallado mediocremente dos operativos, mientras Kira sólo uno. Y contra alguien que congelaba materia.

Ahora Kira está trayéndome a la chica lee-mentes. Y con ella podremos, además de sumar a alguien a nuestro catálogo, quizá dilucidar ciertas cuestiones con el chico congelador.

Capítulo anterior.__________Capítulo siguiente.

4 comentarios:

  1. =O... el malo mas malo de todos!! =O
    lastima que es muy cortito!!!

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  2. guau, alta mafia :P. ya estrañaba leerlo :)

    echo

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  3. siiiiiiiiiii volvio HR xD

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  4. "Cuando ya estuvo Ermado el operativo"??

    me gusto mucho mas ahora :)

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