Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

lunes, 23 de mayo de 2011

Ni el bien ni el mal tienen fundamento racional.

Capítulo 61

Un párpado cerrado en la oscuridad es iluminado por las líneas de luz solar que entran por las hendijas de la persiana.

Se abre el ojo. Una pupila marrón.

- ¡Arriba gordooo...!
- Ahhhh... si. - Méndez se sienta en el borde de su cama frotándose la cara. Tiene una musculosa y un slip.
- Fuu, que quilombo. - Piensa mirando la habitación matrimonial. Se para, se estira.

CRACKCRETRACK

Las vértebras, las rodillas y los codos.

- No te hagás así que vas a tener artrosis... y vení a tomarte unos mates.

Méndez se cambia, se pone una camisa blanca, un pantalón, un par de medias y los zapatos marrones. Revisa levemente en el bolsillo trasero. Encuentra un bollo de papel machucado.

- ¡¡Rosa!!
- ¿Qué pasa?

Méndez entra en la cocina. Gorda sólo como ella misma, en pantuflas, de short y pantuflas, su esposa lo espera con las tostaditas con mermelada y con el termo plateado. El televisor prendido frente a la mesa redonda con mantel floreado de hule.

- ¡Buenas noches...! - Dice sarcástica
- Pero gorda, ¿no revisas los bolsillos antes de poner a lavar las cosas?
- Si, ¿qué pasó? - Mira el bollo de papel destruído. - Uhhh ¿dónde estaba?
- En el bolsillo de atrás.
- ¿Y desde cuando guardás las cosas en el bolsillo de atrás, vos?
- Ya está, no importa... - Se sienta a la mesa.
- ¿No te tenías que levantar temprano, vos?
- ¿Eh? ¿para qué? - Pregunta Méndez agarrando una tostada.

CRUNCH

- ¿Me estás jodiendo? - Responde Rosa.

En ese momento Méndez lo recuerda. La lámpara del baño que tenía que arreglar esa mañana.

- ¡Mañana sin falta!
- Tomá, - Le ofrece el mate. - Uno no se puede ver tranquilo al espejo porque tiene que estar abriendo la puerta... ahhhh... pero "mañana sin falta"...¿no?
- Ahora tengo que ir a trabajar, Rosa... por favor. - Dice Méndez sorbiendo de la bombilla. - ¡¡Ahhh te has pasao de azúcar!! tomá, tomalo vos y después sebame a mi un amargo...
- ¿Era importante ese papel?
- No, era un dibujo...
- ¿¡Un dibujo!?
- Si, Rosa, un identikit.
- Huy, ¡pero bueno también vos porqué no te...!
- ¡No te hagás problema ya! - Interrumpe Méndez. - Además no servía ni pa bosta. ¿No viste mi saco?
- Ya te vas... está atrás tuyo el saco.

Méndez gira, sobre el respaldo de la silla está el saco. Se pone de pie, se lo pone, se acerca a su esposa y le da un beso en la mejilla, mientras él revisa los bolsillos del saco. Se encamina hacia la puerta.

- ¡Dame un beso en serioooo...!

Vuelve, le besa los labios.

- Los anteojos.
- En la mesada, Juli.

Va a la mesada, los agarra, los guarda en el bolsillito de la camisa,  y sale nuevamente.
Apenas sale se cruza con un vecino. Está llevando unas bolsas con cajas de Dvd's.

- Ehhh ¡Julián!
- ¿Cómo anda?
- Acá andamos, ¿viste? que caro que está todo...
- Si, está dura la mano... - Dice cortante Méndez abriendo la puerta del auto.
- Pero claro que a vos te resulta más fácil con el auto, ¿no?

Mira a su interlocutor: un hombre calvo con ojeras, nariz puntiaguda, cara de cansancio, labios delgados.

- Un poco, no le digo que estoy mucho mejor que usté, ¿eh?...
- ¡¡Jajaja!! - Ríe. - ¡Si vos supieras todo lo que tengo que hacer Julián! ¡no hay trabajo!
- Alguna changa... busque algo... - Sube al auto.
- No, no no ya me las arreglo como puedo... ¿Cómo anda todo con Rosita? - Se pone al lado de la ventana de modo casi acosador.
- Bien, bien. Como siempre.
- ¿Ahora te vas a trabajar?
- Sí. Escuche: ando apurado... disculpe.
- Bueno. - Quita las manos del auto.
- Nos vemos, que ande bien.
- Chau loco, cuidate.

Acelera el Ford Falcon alejándose.

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- ¡Julián!
- Hola Marce, ¿Cómo andás? - Sonríe.
- ¡¡Eh!! - Lo saluda un compañero mientras habla por teléfono.

Méndez le saluda con la mano, sonriendo.

- ¡Julián! - Una mano le toca el hombro. - Mirá lo que nos llegó.
- ¿Qué ha pasado?
- Leé. - Le entrega unos papeles, uno de ellos tiene un clip que adjunta un par de fotos. Méndez se coloca los lentes y lee. Mientras pasa la página se le van agrandando las pupilas y la sonrisa se le va borrando del rostro y el entrecejo se le frunce.
- ¿Quién ha enviado ésto?
- No sabemos, ¡Pero mirá!, viste la dirección que dice, ¿no?
- Mmm... - Enfoca. - Dios mío... éste es...
- ¿Lo conocés?
- Sí. ¡Que hijo de mil puta!- Grita. Deja los papeles y se encamina hacia la puerta.
- ¡Esperá Julián!, no vas a ir vos sólo.
- No me hace falta nadie más.
- ¡Esperá y les digo a Lucas o a los otros que te acompañen...!
- Deciles que me alcancen. Tomá - Le devuelve el conjunto de papeles. - Que lleven un sólo móvil, y que no hagan el quilombo de siempre...
- Bueno. ¡Mariano, llamá a Lucas!

Antes de salir, Matías le intercepta.

- Te acompaño Julián.
- Meta.

Sale, pone la llave en el auto...

- ¡¡Pero que Hijo de mil puta!!, ¡¡Reírse así en MI CARA!! ¡LA PUTA MADRE!

Capítulo anterior.__________Capítulo siguiente.

2 comentarios:

  1. Mendez: Ahhh te has pasado de azúcar!!
    claaaaro, falta el: Coños mujer jeje
    (jotai)

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  2. Mmmm, hay potencial quilombo :D

    Echo

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