Capítulo 33
Cada uno llegó a su esquina correspondiente del baldío.
- Echó acá vive alguien! - casi gritó Claudia.
- Bueeno, un poquito nomás. - Insistió Sanitago. - Ah! y Tati, no pierdas de vista a la Maca.
- Bien! - Tatiana estaba enérgica.
Unos 50 metros más allá, detrás de altos pastizales y malezas, detrás de criaderos de dengue y acumuladores de agua podrida, el otro equipo se preparaba...
- Bien, ¿entendieron entonces como vamos a hacer, no? - Preguntó Marino.
Sus compañeros respondieron afirmativamente. El juego habia comenzado.
Una historia real se trata efectivamente de todo lo contrario. Un grupo de adolescentes se da cuenta, de pronto, de que tiene facultades aumentadas, sobrenaturales. La historia aborda problemas de toda índole intentando darle el mayor y más crudo realismo pero sin dejar de intentar emanar una chispa de magia que salpique a la cotidianeidad y se le ría en la cara.
HR, un proyecto, ningún límite.
Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
sábado, 4 de diciembre de 2010
Entrenarse
Capítulo 32
- Hagamos algo, nos separemos en dos equipos para entrenar mejor. - Propuso inicialmente Santiago. - Por un par o impar* determinamos a dos que van a ser los que elijan los equipos...-
Hicieron el par o impar. Por azar del destino quedaron para elegir los dos que controlaban materia, Santiago y Rolando.
- ¿Elegís vos? - le preguntó Rolando.
- Primero las damas.
- Está bien. - Y señaló a Marino - Vos, omnipresente, venís para acá.
Marino besó a Tatiana en la mejilla.
T-paffff.
Palmeó a Rolando en la espalda.
- Che nos van a quedar equipos desiguales. - Previno Santiago.
- ...
- Está bien, mi equipo se la banca. - Respondió Santiago señalando a Claudia.
- Maca, venis para acá.
- Tati.
- Bien Ulises, estas en el equipo.- Dijo Rolando.
- Hagamos algo, nos separemos en dos equipos para entrenar mejor. - Propuso inicialmente Santiago. - Por un par o impar* determinamos a dos que van a ser los que elijan los equipos...-
Hicieron el par o impar. Por azar del destino quedaron para elegir los dos que controlaban materia, Santiago y Rolando.
- ¿Elegís vos? - le preguntó Rolando.
- Primero las damas.
- Está bien. - Y señaló a Marino - Vos, omnipresente, venís para acá.
Marino besó a Tatiana en la mejilla.
T-paffff.
Palmeó a Rolando en la espalda.
- Che nos van a quedar equipos desiguales. - Previno Santiago.
- ...
- Está bien, mi equipo se la banca. - Respondió Santiago señalando a Claudia.
- Maca, venis para acá.
- Tati.
- Bien Ulises, estas en el equipo.- Dijo Rolando.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Todo gran viaje, comienza con un pequeño paso.
Capítulo 31
Caminaron las dos cuadras hasta llegar al terreno baldío que Santiago había propuesto, la charla como siempre, habitual, de variadas temáticas.
Finalmente llegaron e ingresaron hasta lo mas profundo del pastizal, por suerte en barrios tranquilos como en el de Santiago no habria mucha gente rondando por las calles, no les fue difícil no ser vistos.
Rolando relevaba el área intentando sentir alguna particula de metal suelta entre tanto baldío.
- A ver si encontrás todo lo que hay que encontrar Rolo! - Desafió Tatiana.
Rolando la miró fijamente y un momento despues cerró los ojos y empezó a nombrar un listado de cosas, a medida que las iba nombrando éstas se iban elevando y quedaban levitando en el aire.
- Dos latas oxidadas, un alambre retorcido, dos monedas de... ¡un peso!, dos chapas rotosas de un metro mas o menos de ancho por dos metros de largo, la partecita de arriba de una cuchara, un ¿cuchillo?, ponele y cuatro latas oxidadas más.
- ¡Jaja! ¡¡Te faltó una cosa!!
Caminaron las dos cuadras hasta llegar al terreno baldío que Santiago había propuesto, la charla como siempre, habitual, de variadas temáticas.
Finalmente llegaron e ingresaron hasta lo mas profundo del pastizal, por suerte en barrios tranquilos como en el de Santiago no habria mucha gente rondando por las calles, no les fue difícil no ser vistos.
Rolando relevaba el área intentando sentir alguna particula de metal suelta entre tanto baldío.
- A ver si encontrás todo lo que hay que encontrar Rolo! - Desafió Tatiana.
Rolando la miró fijamente y un momento despues cerró los ojos y empezó a nombrar un listado de cosas, a medida que las iba nombrando éstas se iban elevando y quedaban levitando en el aire.
- Dos latas oxidadas, un alambre retorcido, dos monedas de... ¡un peso!, dos chapas rotosas de un metro mas o menos de ancho por dos metros de largo, la partecita de arriba de una cuchara, un ¿cuchillo?, ponele y cuatro latas oxidadas más.
- ¡Jaja! ¡¡Te faltó una cosa!!