Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

lunes, 13 de octubre de 2014

HR Transición (Cap 5)

Capítulo 5

El sangrado se tornó inmenso, la nariz me dolía mcuhísimo, como si me hubiera estado pegando trompadas durante tres días seguidos y mi organismo me estuviese diciendo Basta!.



Me tuve que sentar un rato sobre la tapa del inodoro para no desmayarme, se me nubló la vista y sentía algo así como fiebre repentina. Unos minutos más tarde mi madre se acercó al baño a preguntarme si estaba todo bien. Respondí que sí, que ya salía. y así fue, al menos veinte minutos más tarde, logré incorporarme nuevamente.

Salí del baño sin nada de ganas de usar o practicar la habilidad, pero ahora de verdad, nada de ganas.

Me fijé en la fecha del celular sólo para confirmar si mi última experimentación había funcionado o no. Para confirmar que, claramente, esta vez no había funcionado.

Volví caminando muy suavemente hacia mi cama. Casi arrastrando los pies en cada paso. Mientras maquinaba. Ok, podía volver hasta dos veces al mismo día y no podía viajar sin dormir.

Decidí descansar el resto del día.

Al día siguiente me desperté renovado de nuevo y puse en marcha el 3er experimento: Volver hasta dos días hacia atrás (osea, es necesario aclarar en este punto: estaba viviendo el 13 de marzo y deseaba llegar hasta el amanecer del día 12 de marzo {El día que más veces debo haber vivido, ¡Por favor!})

Así que anoté en mi queridísimo cuaderno Gloria éste y varios experimentos más. El mío era un poder que requería de una previsión y estrategia particulares.


Cabe destacar que si lograba viajar hasta dos días hacia atrás como había planificado, todo eso que había escrito en el cuaderno Gloria, se habría esfumado, pues nunca lo hubiera escrito.
Se me ocurrió aprovechar este viaje para experimentar otra cosa: ¿Podía llevar objetos (como el cuaderno) conmigo en mi viaje de regreso en el tiempo? Seguí anotando todo lo que se me cruzaba por la cabeza y me fui a dormir con el cuadernito al lado, abrazadísimo, a ver si regresaba conmigo y, en el pasado, lograba tener no uno sino DOS cuadernos. ¿Se entiende, no? 
Otra pregunta que me surgía era: Si llegase a funcionar... ¿El cuaderno que amanecía al lado mío entre las sábanas, tendría la tinta en su lugar o no habría tal tinta?

Me concentré con mucha fuerza en viajar hasta la mañana del 12 de marzo y me dormí.

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