Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

viernes, 11 de julio de 2014

HR Transición (Cap 2)

Capítulo 2

Dormí deseando una sola cosa: volver en el tiempo. VOLVER. A antes que todo eso ocurriera, sólo quería que hubiese sido una pesadilla, un mal sueño. Me dormí llorando sobre mi almohada.

Lo más sorprendente fue lo que siguió: Al día siguiente me despertó mi madre.

O_O


Horrorizado la miré como al fantasma que me pareció que era. Debo de haber empalidecido porque ella me miró con preocupación. "¿¿Estás bien??" me preguntó tocándome la frente. Me estaba tocando, así que no era mi madre, y era linda como sólo mi vieja podría, la abracé con todo mi ser agradeciéndole al cielo por brindarme una segunda chance, me levanté corriendo y llorando de alegría para ver si mi padre estaba ahí, llegué al dormitorio y estaba vacío, giré la cabeza y estaba en el living, mirándome.
¡Feliz día de reyes! - Me gritó desde la otra punta de la casa. Y fui corriendo hacia él, salté y lo abracé con tanta enjundia que casi lo hago trastabillar.
- Ehhh, bueno, muy cariñoso nos despertó el día de reyes eh? jajaja. - Se rió y me entregó el encendedor de bencina.

Me quedé helado, era igual al de la pesadilla que acababa de tener. Tuve que contenerme de no tirarlo a la basura directamente. Ese encendedor era la prueba manifiesta de la muerte de mis padres, y ahora mi mente me recordaba repetitivamente ese mal sueño que acababa de pasar.

Fue todo muy extraño porque no sabía a ciencia cierta si había sido un viaje en el tiempo o un muy mal sueño. Igualmente, mucho, mucho más tarde se me ocurrió relacionar esto con algún tipo de talento mío. Cuando mi padre me dijo que nos pusiéramos en marcha para la casa de la tía, me aseguré de haber dejado el encendedor de bencina bien oculto en el fondo de la mesa de luz de mi cuarto. (No era prudente arrojarlo a la basura aún)

Sin embargo me seguí preguntando acerca del porqué de tanto realismo en el sueño que había tenido. Nada había sido fuera de lo normal, digo, en los sueños que tengo siempre sucede algo que luego resulta totalmente irracional, ¿no?, pero en este todo se había sentido tan real, pude sentir el fuego cerca, y de hecho recuerdo que podía leer todo mientras jugaba al Final Fantasy, (Digo, porque dicen que en los sueños uno no tiene la capacidad racional de la lectura.) Estaba totalmente confundido, pero igualmente me subí al auto. Durante el viaje les conté con mucho pesar mi pesadilla. "ahh, ¡Nos alargaste la vida!" exclamó mi madre riendo. Yo continuaba confundido, pero decidí dejar de pensar en ello por lo menos por un rato, y me puse a jugar al Final Fantasy.


Más tarde, cuando llegamos a lo de mi tía, mi padre se apretó un poco el dedo gordo con la puerta del auto, un detalle similar al de mi sueño. En ese momento comenzó la sospecha. Tuve miedo, ¿Y si se repetía lo mismo que viví en el sueño? Vinieron mis primitos los abracé con toda la buena onda, los re quería y hacía sólo un par de horas los había visto morir y eso me había pesado bastante. Me distraje con ellos boludeando con giladas para nada peligrosas y estuve todo el día asegurándome de que estén seguros, sin ningún riesgo.
"Qué responsable que estás" - Me dijo mi tía. Y mi madre le explicó de que había tenido una pesadilla muy fea, pero que les había alargado la vida a todos.

Felizmente la velada terminó bien, volvimos a mi casa, me lavé los dientes, saludé a mis padres nuevamente con un abrazo y me fui a la cama. Cuando estaba boca arriba no me podía dormir. ¿Había vivido el mismo día dos veces? ¿O acaso era que en realidad mis padres habían muerto y estaba delirando dada la locura que me generó ese hecho? Ahora no sólo estaba confundido, sino bastante desesperado. Sin embargo esta pseudo-desesperación activaba mi imaginación. Me pregunté, si es que hubiese vivido el mismo día dos veces, si no me ocurriría como en la película "El día de la marmota" en la que el chico se queda atrapado en el mismo día para siempre...

Afortunadamente, no.

Al día siguiente me levanté de un salto, esperando no ver a mi padre entregándome el mismo jodido encendedor de bencina. Por suerte estaban desayunando en la cocina.

Consulté mi celular y vi: 7 de Enero de 2019.

Suspiré con muchísima más tranquilidad...

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