Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

viernes, 18 de octubre de 2013

3

Es sábado y Natalia está charlando por teléfono con Ana.
- ¿Che quieren que vayamos a visitarlo a Tadeo al hospital esta tarde? Total es sábado y dicen los doctores que está mejorando mucho. Sí? sí? sí? :D - Preguntó Natalia.
- Dale de una, armamos un picnic en la sala :P - respondió Ana.
- Bueno, de una, armo el evento y vemos a ver quien va.

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Natalia: -.-"

Natalia prepara su bolsito de cuero tejido, con algunos litros de agua en una botella. "Parece que vamos a ser la Nita y yo nomás..." piensa. Se pone una campera delgada, saluda a su madre y cuando está por salir encuentra un sobre en el piso, cerca de la puerta.

"Natalia" escrito en computadora. "Vos querés saber más sobre tu poder?" Al dorso.

Un sobre de papel blanco absolutamente normal. Lo abrió sin vacilar demasiado. Adentro una sola hoja A4 plegada. Una nota muy breve de un sólo lado:
"Si te interesa saber más sobre eso que sólo a ustedes les pasa, andá a la una de la madrugada de este lunes a -31.349596,-64.21128. Te espero ahí." Nada más, ni huellas ni olor a nada. Sólo eso.


miércoles, 16 de octubre de 2013

4

Lo miró fijo. ¿Por qué?, ¿Por qué a él? ¿Qué había hecho?
Al frente está ese, el que inició y estaba por terminar todo. Con sus zapatillas negras, su pantalón negro, su campera negra, y esa capucha negra que junto al cuello negro solo dejaban ver sus ojos. Unos ojos fríos, impenetrables, de mirada gélida. Su color ya era indicio de su frialdad. Un azul claro puro, que hacía recordar al hielo de los glaciares. Ahí estaban esos ojos fijos, clavados en los suyos. Tenía miedo, como forense había visto cosas fuertes en su vida, pero nada tan morboso como lo que acababa de ver. Se encontraba manchado de sangre, como todo el maldito callejón. ¿Cómo no iba a estarlo con las muertes que habían ocurrido?




lunes, 14 de octubre de 2013

5

En la habitación hay demasiadas cosas metálicas. Las esposas en las muñecas, las sillas, la mesa situada en el centro, las dos cámaras de vigilancia en los vértices opuestos de la habitación. El gran y evidente espejo-ventana en la pared lateral no está hecho de metal pero los marcos sí. Las computadoras de atrás del vidrio, los micrófonos, la gargantilla de la chica que opera la computadora, el aro izquierdo, la aleación dentro de la pierna de Méndez, su revólver, alguna que otra moneda, lámparas, vigas, columnas... infinidad de posibilidades.

El policía se inclina hacia adelante, en una mano tiene la carpeta con el análisis del caso, en la otra, una bolsa de papas fritas.

- ¿Adónde está la plata?

Rolando piensa un largo rato.

- En Buenos Aires - Ríe Rolando.

Capítulo 100