Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

martes, 28 de agosto de 2012

8

Amanecen los chicos en la destruida casa de Macarena. La reja de la ventana principal desgarrada, los muebles dados vuelta, la pared de baldosas construída por Santiago. Hay sangre en el piso. Santiago se despierta. Mira a todos durmiendo, inclusive Paula y Nahuel. Haciendo el menor sonido posible se pone de pie y camina hasta la cocina, revisando en cada lugar. Ha amanecido recientemente, el frío azota toda la agujereada casa. Santiago no encuentra a nadie, busca unos cubrecamas y frazadas de la habitación de Macarena y los lleva hasta el living. Revisa a sus amigos: todos respiran a ritmo normal y ninguno sangra ni tiene hemorragias. Tapa a sus amigos del frío. Se fija en la puerta a la calle. Está bien cerrada. Cierra la persiana, quizá lo único que le queda sano a la ventana del living. Y se recuesta de nuevo con su grupo.

Capítulo 97

Al momento de amanecer algunos se desesperan por recordar la situación vivida, pero al no escuchar ningún ruido de ningún lado se irán levantando, comprobando que los otros estén bien y despertándolos también.
Más tarde, cuando todos se hubieran despertado:

¡¡¡¡AAAAAAuuuuuwwwwhhhhh!!!!

Un largo bostezo contagioso fue lanzado por Aylén.

- ¡Ah! ¡Chabón!
- ¡¡Que dolor de cuello culia!! - Exclama David
- ¿Y vos te quejás culiado? - Reprocha Santiago apareciendo desde el patio. - A mí me dieron para que tenga y sin asco...
- La puta madre Echó me cagué todo... - Dice Rolando sobresaltado.
- ¡¡Jajaja!!... Ya revisé todo y no hay nadie. La Maca se tendría que fijar si le falta algo.
- Che no faltan cosas, ¡Falta gente! ¿Dónde están Marino, la Tati y Mauro?
- Según la Pau, Marino se la llevó a la Tati andá a saber a dónde. Y Mauro se perdió por los techos.
- Pero ya se fijaron por...
- Me fijé, me subí al techo, dí toda la vuelta a la manzana y nada... no se lo ve por ningún lado. Los llamé como tres veces a cada uno, pero no contesta ninguno.- Espeta Santiago. - Repito: te tendrías que fijar, Maca, si falta algo...

Nahuel lo mira.

- O vos Nahu...

Nahuel se pone de pie y va hacia el fondo de la casa.

- ¿Tanto lío tenían que hacer para robar algo? - Reprocha Rolando.

Santiago mira a Rolando.

- Rolo...
- Podrían habernos apuntado con un chumbo y listo.
- Rolo.... ¬¬
- O no sé, cagarnos a trompadas de otra forma...
- ¡De otra forma! ¡Quería que le pegaran con variedad el chico! - Plantea David pidiéndole a Natalia que le masajee el cuello.
- Rolo, si hubieran traído un arma, vos te hubieras encargado del arma y nosotros del resto. Si nos hubieran querido cagar a trompadas, no hubieran podido, así de simple. La verdad que dentro de lo que nos podía vencer, o que tenía el potencial para hacerlo, usaron lo menos dañino... Por suerte.
- Y mirá todo el quilombo que hicieron... menos mal que los tengo a ustedes ahora... - Dice Macarena.
- Ehhhh, yo me tenía que ir justo en media hora Maca... :P - Dice Santiago.
- See, ésta que se van. Me tienen que ayudar a convertir éste masacote de cosas y escombros en una casa de nuevo.
- Que lástima que se hayan robado la reja, porque sino yo podría.... - Dice Rolando.
- Está ahí afuera tirada la reja.
- Uh cagué...
- ¿Qué?
- Digo, que bien! ahora la puedo arreglar...
- ¡¡¡Encima tuve un sueño re flaiero!!!
- ¡¡Huy yo también!! - Interviene Antonella.
- Y yo... bue, cuenten ustedes.
- Yo soñé que...
- Estaba como en un...
- ...
- ...
- ¿Como en un qué?
- Uh, disculpá, re entusiastas por contar el sueño las dos- Dice Antonella.
- Dale.
- Soñé con ustedes, como que estábamos en un lugar... bah que se yo era re raro, pero que estaba con ustedes, o me sentía con ustedes.... ¿Pero vieron esa sensación re copada del grupo cuando apenas se armaba? Cuando todos eramos así como re especializados en algo, o no especializados, pero que los gustos eran como re distintos pero aún así nos juntábamos y eso estaba re copado y bueno... el tema es que estaba con ustedes y era como que nos hablaba una voz re gruesa y nos decía que teníamos poderes y que qué sé yo...
- Esperá. ¿Y en un momento nos decía que los poderes eran por el grupo?...

Hubo miradas en todas direcciones, rápidas, confidentes. Todos entendieron rápidamente lo que había pasado.

- ¡Chabon!
- ¡¡¡Que abuso!!!
- ¡¡¡Noooooo!!! ¡Un sueño compartido que zarpado!
- ¡No bueno!, ¡¡¡No bueno!!! ¡A la mierda!
- ¿Boludo qué onda? yo contándoles mi sueño y ustedes ya la vieron.... rescatensé loco... - Injurió Antonella.
- ¡Que zarpado!
- ¿Que loco no?

A algunos metros de allí, encima de una casa. Marino se despierta de su desmayo, el sol le pega en la cara. Hace un gesto frunciendo el entrecejo, odia la luz intensa de frente. Tatiana a su lado todavía duerme. Gira la cabeza y mueve un poco la espalda, siente de nuevo el puntazo clavado en los músculos dorsales. Con algo de esfuerzo se quita el dardo. Lo examina levemente. Luego de tener que explicar cosas inexplicables a los dueños de casa, logran bajar y salir a la calle, absolutamente exhaustos, sin energía, madrugados, con ojeras, insolados y desganados.

El celular de Marino suena.
- Hola
- Hola, Perdón si molesto un momento...
- Sí, sí molestas, ¿Qué pasa?
- Era para saber si estaban bien.
- Sí, estamos bien.
- Ok, besito!
- Chau.

Macarena corta la llamada.

- Voz de ultratumba, andá a saber adónde amanecieron, jajajaja.
- ¿Pero están bien, no? - Pregunta Santiago.
- Sí.
- Bueno che yo me tengo que ir a hacer un par de giladas a mi casa. - Afirma Rolando.
- Yo también, ya terminé de rehacer tu casa, básicamente Maca. Va a ser mejor que los vaya despidiendo, compañeros de sueño xD - Dice Santiago.
- Jaja, que loco eso...
- Y acordate que es mejor siempre tener rejas en la ventana Maca, :P
- Si, ahora seguramente me muero de miedo cuando duerma sola...
- Cualquier cosa me hacés sonar el cel...
- O proyectas en el cielo la imagen del super grupo y todos acudiremos a tu rescate... jaja, ¡Nah mentira!; ¡Defendete sola! xD
- ¡Que forro!
- Jaja, es un chiste Maca, ¡Si está todo piolasa!
- Dale, nos vemos.
- Chau che
- Chau

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¡BANG!

¡¡¡¡GGGGNNHH!!!!

La bolsa de consorcio se mancha ante el goteo de sangre. Mauro nisiquiera alcanzó a despertar. Una mano destrozada está siendo agarrada por la otra. La escopeta ha caído al piso. "El presidente" sencillamente está por ser destituído. Detrás del nylon negro, Mauro permanece durmiendo.

- ¡Vos!
- Sí, yo.
- ¡¡Hija de puta!!

"El presidente" intentó abalanzarse contra ella. A ella, aunque le temblara el pulso y se le acelerara el corazón, los reflejos no le fallaban.

¡BANG!

Un disparo en las canillas de la pierna izquierda y el hombre queda en el piso.

[Flashback]

- Cualquier cosa, si lo que tenés que hacer es inmovilizar al otro, ¡PUM!, a la canilla. Y si se la banca, ¡PUM! a la otra. Si querés que pierda la pierna le tirás a la rótula. Pero mejor dale a las canillas.
- Dale.

Y ella agarraba el arma, disparaba y siempre daba en el blanco.
Era una excelente seguidora, fiel, obediente, eficaz, atractiva.

Luego de los entrenamientos, él la abrazaba y, mirándola a los ojos le preguntaba lo mismo que todas las veces que le encargaba una misión:
- ¿Sabés por qué te elijo a vos?
- ¿Por qué? - Preguntaba ella casi infantilmente, aún sabiendo lo que él respondería.
- Porque sos la mejor...

Siempre, religiosamente, le haría la misma pregunta, y siempre lograría sacarle una sonrisa. Aunque el resto del tiempo se comportase como un hijo de puta.

[Flashback/]

- ¿Cómo mierda me podés estar haciendo ésto? Con todo lo que yo te dí...
- ¿Qué me diste?
- ¡Vos no tenías nada! ¡NADA! ¡Si ahora tenés algo es porque YO te lo dí!
- No me diste nada...
- ¿¡Cómo que no!? ¡Sos una mierda! Vení, ayudame a levantarme hija de puta, ¡Que por algo te dejaron sola tus viejos...!

Ella hace silencio, baja la mirada. Los párpados se le inundan.

- No digas una sola palabra de mis viejos...
- Oh... ¿Qué pasó? ¿Te pusiste sensible?
- Calláte.

Con algo de dificultad, "El presidente" logra ponerse en pie. Hay mucha sangre manchando el suelo y ahora una de las paredes.

- De verdad, ¿Por qué hacés ésto? ¿Qué hizo de bueno él por vos?
- No tengo por qué darte explicaciones...

Lentamente, y arrastrando la lastimada pierna, él se irá acercando a ella. Ella, tembolorosa y con lágrimas aún en los ojos, permanece apuntándole.

- Y si no tenés por qué darme explicaciones y me desprecias tanto... por qué seguís ahí, parada como una tonta, apuntándome...
- ...
- Como si fueras capaz de disparar...
- ...
- Dame eso, querés. Y seguimos bien... ¿Si?
- No quiero...
- shh, shh... Dale... dame eso ¿Qué es lo que haría yo sin vos?

Disimuladamente, él saca una navaja de la manga, y la despliega en silencio, llevándola escondida.
- ...
- ¿Qué es lo que yo te digo siempre?... ¿Te acordás?

La distancia que los separa es mínima. Ella presiona el arma contra el pecho de él. Parpadea dos veces para despejar de agua los ojos, está al borde del quiebre.

- ...
- Lo que yo siempre te pregunto es... ¿Sabés por qué te elijo a vos?

Ella baja la vista. Una lágrima cae al piso. Baja el arma.
Él la abraza. La navaja está justo detrás del corazón de ella, aún sin apoyarse siquiera.

- Porque...
- ¿Porque...?

Ella lo mira fijamente. Actúa reactivamente. Abre los brazos, se lo quita de encima, le golpea en la garganta, le quiebra el codo, y le quita la navaja. De una sola patada lo tira al piso y cae encima de él.

- Porque soy la mejor.

Lanza la navaja al piso y ésta se incrusta al lado de la cabeza de "El presidente". Va hacia Mauro que aún duerme, revisa sus bolsillos y extrae un celular. Al salir de la habitación, la seductora dama rubia sonrie. Hoy cumplió con dos venganzas.

Media hora más tarde, Mauro será despertado por la policía, tras encontrar a uno de los mayores culpables de la trata de personas en Córdoba, acusado de ser el líder de una banda de ladrones y agresores: "El presidente" caerá preso luego de ello, junto con toda la organización que dirigía.

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