Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

miércoles, 4 de abril de 2012

Pelotón de fusilamiento

- ¡Contra la pared!

Nahuel, Mariana, Ana y Paula son llevados a apoyar las manos contra  aquellas manchas de humedad de la pared. El ambiente es tan desolado, pero no hay temor desde el momento en que hay resignación.
 Las manos enguantadas y violentas bajan precipitadamente los hombros de Mariana. Quien cae de rodillas.
 Uno a uno les irá haciendo lo mismo.
 El miedo de no saber cuándo dispararán, conjugado con el temor de tener la certeza de que lo harán, es una mezcla tribulante.

 Luego, en un acto silencioso y calmo, aquél que les ha hecho arrodillar se pondrá a un costado de la cadena de personas. Levanta el brazo extendido, con los dedos índice y mayor en alto. Cuatro de los que están detrás apuntan con sus armas. Los enguantados dedos presionan ligeramente el gatillo, para que quede listo.

Cuando finalmente la mano baja precipitadamente.


Capítulo 93

¡¡¡¡¡T-PAFFF!!!!

Una explosión tenue ilumina el comedor.

¡¡T-PAFF...!!

Vuelve a iluminarlo y desaparece.
Sólo Tatiana ha desaparecido del lugar.

- ¡Corran a buscar a esos chicos! - Grita uno de los invasores mientras les hace un gesto a sus compañeros para que gatillen de una vez.
Los dardos no tardan demasiado en llegar y desmayar a las cuatro personas que quedaban en pie.
Marino está desmayado en una azotea de por ahí. A su lado Tatiana duerme también.

===================================

El casco es una pieza aparte, fácil de montar y de desmontar. La máscara ofrece un sistema de purificación del aire, protección ocular y defensa del rostro. La hebilla corredera de plástico translúcido debe estar regulada en el punto justo, de modo que no oprima demasiado como para impedir el habla, ni que quede demasiado holgada como para incomodar al usuario. La máscara se ata por debajo con un broche de plástico transparente, es fácil de extraerlo presionando con los dedos índice y pulgar.

¡Cleck!

La máscara se desliza fácilmente, debido al sudor de la cara y del cuero cabelludo del portador.

- Ufff...
- ...... Aaahhh.... - El sonido es agónico y dolorido.
- ¿Ya llamaron a la camioneta?
- Sí, está viniendo. Decile que no se mueva demasiado.
- No se está moviendo para nada.
- ¡Entones dejalo así que después lo cargamos!
- ¡Ayudenme! - Exclama otro, sin comprender cómo una porción del concreto se levantó y le atrapó ambas piernas. Golpea con fuerza, patalea en cuanto es capaz....
Pero es inútil, es necesario un taladro neumático o alguna herramienta más fuerte. Dos más están en la misma condición.

- Éstos chicos... ¿de dónde mierda salieron? ¡Enfermos!
- Ya, sacate el uniforme.
- Eh... no.
- Ahora.

Entre dos le levantarán por las axilas. El calzado y los pantalones quedarán enterrados, pero costosamente logrará salir.
Tres de ellos inevitablemente quedan en ropa interior.
Suena una bocina. Es la camioneta.

- ¡Vamos!, ¡hay que subirlo!

Intentaron agarrar a otro por los brazos y por las piernas, en cuanto tocaron su pierna izquierda lanzó un terrible grito de dolor. Entre forcejeos y tironeos, finalmente partirá para realizarle un intento de tratamiento hospitalario, junto a él se llevarán a los dos que han sufrido caídas severas contra el techo de un garage...
El médico se asombrará al ver que no hubo disparos, ni nada... y que la pierna simplemente decidió expulsar toda el agua que llevaba dentro de un sólo impacto.
Luego de ésto, quedan cuatro de ellos hábiles, dos adentro y dos en el patio. Se dedicarán a cargar con algunos cuerpos desmayados y reunirlos a todos en el comedor de la casa. Son 16 personas desmayadas.

- ¿No te parece que podríamos meterlos en una pieza y encerrarlos?
- ¡¿Encerrarlos?! ¿Te das cuenta de lo que pueden hacer estos chicos? después de lo que vi, ya no sé si en realidad estarán acá desmayados o si serán una alucinación inducida, o un hipnotismo extraño.
- No creo. Por lo visto parece que no son tan fuertes o tan resistentes.
- ¿Como sabes en qué confiar cuando todo puede sorprenderte?
- Bueno, está bien. Pero les atemos las manos, aunque sea.

Precintos plásticos clásicos enriedan las muñecas de cada uno de los 16.

- Uno de ellos explotó, ¿cómo mierda hizo? ¡EXPLOTÓ!
- Si, se teletransportaba, era bastante lógico.
- Sí, obvio, pero .... Wow.... tenemos que saber de dónde aprendieron a hacer eso.

Trrrrrr.... Trrrrrr.....

- ¿Es el tuyo o es el mío?
- El mío.
- ...
- ¿Señor?
- Hola. - Dice la voz distorsionada de siempre. - ¿Los tienen?
- Sí, señor.
- Perfecto. Excelente. ¿Pudieron contra todos?
- Acá tenemos a 16 señor...
- Alguno se les escapó.
- Ehhhhm...
- No trates de responder, no es una pregunta. ¿Cuántos huyeron?
- Eh... dos, señor.
- ¡Dos! ¡DOS! ¡Con uno sólo que huyera ya es suficiente como para sospechar que puede liberar a todos los otros! ¡¡¡Y ustedes dejan escapar a DOS!!!
- ...
- ...(Exhalación iracunda)... Esperen a nueva orden, ¡A VER SI PUEDEN HACER ALGO BIEN!
- Sí...
Tuuuu tuuuu tuuuu...
- ...Señor.

Mira a su compañero.

- ¿Se enojó? - Pregunta éste.
(¬¬) - ...
- ¿Qué?
- ¡Más vale que se enojó!
- ¿Y qué dijo?
- Que esperemos nuevas órdenes, "a ver si las podíamos hacer mejor"... Pelotudo.
- Sí, culiado, terminamos con éste trabajo y yo te aseguro que dejo todo ésto...
- ¿Y qué vas a hacer?
- No sé, volveré al circo, a las acrobacias.
- El circo no te daba un peso.
- No me importa ya, la verdad que no aguanto tener que soportarlo al pelotudo este y andar diciendole "sí señor" "no señor" como un pajero.
- Yo me iría, pero sinceramente la recompensa es muy buena. Por más que putee y todo...
- Sí boludo, la verdad que cuando la plata llama...
- Sí...
- ....
- ...
- Ah y después me tenés que pasar la hoja...
- ¿Cual hoja?
- ¡La que te anotaste para que te coja!
- Aaah... ¡No seas pelotudo!
- Es un chiste, boludo... un chiste...
- ¿Vos lo conocés a Marcelo?
- Uh culiado, te quedaste en el siglo 19.
- No, boludo, de verdad te hablo.
- ¿En serio?
- Sí, de verdad.
- Ah, si, si lo conozco...
- La puta que te parió... ¬¬
- Jaajjajajaja!

Trrrrrr.... Trrrrrr.....

- ¿Es el tuyo de nuevo?
- Sí...- Atiende. - Señor.
-  ...
- ¿Señor? ¿Hola?
- Sí. - Retumba el sonido distorsionado.
- Sí señor. Recibo órdenes.
- Dejenlos.
- ¿... ?
- Dejen a las víctimas ahí, que yo luego los pasaré a buscar con un transporte personal.
- ¿Dejar a los objetivos?
- Sí.
- Señor, son muy peligrosos si los dejamos sueltos. Ya fueron varios a buscar a los que faltaban...
- Dejenlos, no importa el riesgo, yo llegaré a tiempo.
- ... ¿Y qué hacemos nosotros señor?
- Tómense el día libre...
- ... - Le sonríe a su compañero - Enterado, señor.
- ...

Click. Cuelga.

- Tenemos el resto del día libre.
- ¡Buena!

Capítulo anterior.__________Capítulo siguiente.

2 comentarios:

¿Qué te pareció este capítulo?