Ħolm

  Todos sedados en la casa de Macarena. Tirados en filas. Duermen profundamente. La mañana se aproxima. La reja de la ventana principal de la casa ha quedado destruida. Al igual que el techo de chapa del garaje. Y la puerta mal cerrada con una montaña de concreto. Nadie vigila a los chicos dormidos.
 Cerca de ellos, en una de las baldosas del piso, el auricular de un comunicador ha quedado olvidado. Del otro extremo de este comunicador hay un micrófono y un equipo de distorsión de la voz. Y frente a éste, se encuentra un hombre mañatado.
Capítulo 94

 Cada chico cae en un estado de sueño extraño, donde no se percibe ni luz ni color, ni texturas, ni olores, ni sabores, ni sonidos. Simplemente se existe, es la existencia en su estado más básico.

- assbb esstáam... cést ozzom...

- ¿ Mh...?

 ¿Existe alguna instancia entre los sueños, en la que seamos totalmente conscientes?  Muchas veces estando entre sueños, tomamos conciencia de que lo estamos, o tomamos decisiones que tambien tomaríamos estando despiertos, o sentimos miedos, o deseos... que también tendríamos despiertos...
 Se supone que en el momento del descanso, la mente se relaja...

- Hola Mariana.
- ... !

 Y ésta no es la excepción.

- ¿Te acordás de mí? - Pregunta la voz sin sonido, sin materia que lo conduzca.
- ... sí. - Responde Mariana, es la misma voz que escuchara tiempo antes de que ocurriera el desastre con Atilio.
- ¿Cómo has estado?

Los demás chicos "escuchan" esta conversación. (porque en realidad no la escuchan, sino que la sienten, como cuando entre sueños vemos a una persona con cierta cara, pero sentimos que es OTRA persona.)

- ... Mejor, supongo.
- ¿Y vos, Rolando? ¿Te acordás de mí?
- ...

Rolando intenta hablar. No puede, no es hablar lo que allí se debe hacer, sino sentir. No se puede enviar un mensaje que no es sentido, que no tiene sentido para el emisor.

- N-no.
- Capaz que te acuerdes si te refresco un poco la memoria...

Llegan imagenes viejas, antiguas, un niño frente a un ataúd, una lagrima estallando a sus pies ¿Para que apresurarme a llegar al mismo destino que él? Una tentación, una maldición.

- Sí. ¡Me acuerdo de ese sueño!
- ¿No te resulta extraño que haya sido tan realista?
- ...
- Hemos entrado en los sueños de todos ustedes. De una u otra forma. En sus inconcientes.
- ¿¡No es sólo uno...!? - "Dijo" sin querer Mariana.
- No Mariana, no estoy solo... creen acaso que es casualidad que sólo ustedes tengan los poderes que tienen?
- Obvio que no. - Respondió Tadeo.
- Muy bien...
- ¿Vos no estabas internado en el hospital, Tadeo?... - Pregunta Natalia
- Sí, jajaja, éste sueño está re loco. - Responde
- ¿Somos los únicos? - retoma Santiago.
La voz no responde.
- Era nuestro destino.- Dice Natalia
- ¿...¡Era para cumplir con una misión!...? - Opina Paula.
- Sí, algo así. En realidad no se puede decir que alguno esté errado.
- Ah chomaso. - Dice Tadeo.
- A partir de ahora no caminarán tan solos como antes. Cuando se sientan en soledad, o cuando se sientan perseguidos por alguien, será porque nosotros estamos, de un modo en que sus mentes no pueden entenderlo del todo aún... Pero estaremos cerca. No se sientan juzgados o analizados, pero sepan, que nada de lo que hagan puede ser oculto a nuestra percepción.
- No entiendo...
- ¿Alguien además de nosotros tiene poderes? - Preguntó Santiago.
- ¿Tu has visto a alguno...?
- No, pero por ahí...
- ¿Por qué crées que te respondería eso?
- No sé, en una de esas pudiendo percibir a todas las personas con poderes te dabas cuenta de que había otros, y si eras piola nos contabas... :P
- Buen intento. Quizás pueda responder a alguna de sus preguntas, pero no a esa...
- ¿Pero por qué los poderes son tan característicos de cada uno? - Preguntó Natalia.
- No, ¿por qué se tornan tan incontrolables? - Espetó David.
- ¿Todo ésto tiene que ver con el lugar dónde estamos..? - Injurió Tadeo
- ¿O con el tiempo en el que estamos...? - Dijo Macarena.
- ¿Por qué surgieron tan así, de un momento a otro...?
- ¿Por qué algunos pueden controlarlo y otros no? - Mariana curioseó
- ¿Por qué podemos..? - Preguntó Claudia.
- ¿Tienen alguna duración? Va a llegar un punto en que no los tengamos más? - Preguntó Marino.
- Marino, ¿sos vos? ¿Vos no estabas despierto?
- ¿Eh..? Ah, no. Me pegaron un dardazo en la espalda...
- Ah, está bien...
- Che... a todo ésto, ¿cómo te llamás? - Preguntó Santiago.
- ¿Yo?, Anto. - Respondió Antonella.
- No, no, la voz grave.
- No es tanto una voz, es como distinto...- Dice Natalia.
- Che, ¿no se supone que estamos desmayados?, ¿como carajo podemos hablar entre nosotros? - A Rolando recién le cae la ficha.
- ¡Que no es hablar...! - Insiste Natalia.
- ¡ESPEREN UN SEGUNDO! - Tadeo trata de recobrar el orden. - Dejen hablar, o lo que sea, a la voz extraña. Que de seguro nos puede responder las preguntas.
- ...
- ...
- Sus niveles son impresionantes. - Responde finalmente la voz.
- ¿Uh...?
- Si se preguntan niveles de qué, me refería a su capacidad para armar caos.
- jajaja - Santiago no contiene la risa.
- Che, a todo ésto, ¿como te llamás?, ¿o como te decimos?, no sé. - Pregunta Diego.
- ¿Cómo te llaman a vos...?
- Diego, porque ese es mi nombre.
- ¿Y qué sucede si no tengo nombre...?
- Sos la voz, ya está. :D - Interviene Maqui.
- ... Eso podría acarrear confusiones luego.
- ¿Por qué? - Pregunta Maqui.
- Está bien, por ahora te llamás "voz" - Retoma Tadeo. - Escuchame voz, ¿sabés si esto que nos pasa tiene que ver con el lugar donde habitualmente estamos?
- Bueno... supongo que es hora de responder una serie de cuestiones...

FIN DE LA TERCERA TEMPORADA

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