Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

domingo, 18 de diciembre de 2011

IUSTITIA

Lucas sonrió. Era este pelotudo otra vez.

- ¿Qué querés? - rió.

No recibió respuesta. Por alguna razón empezó a transpirar. ¿Qué acaso sentía miedo? Su callado interlocutor no se inmutó y empezó a caminar hacia él, con la mayor seriedad del mundo. Lucas hizo un gesto defensivo pero el otro no se detuvo.

La sonrisa en la cara de Lucas se desvaneció.

Se abalanzó hacia él. Diego se inclinó levemente hacia atrás y le puso una palma sobre cada costilla. Inmediatamente puso toda su fuerza en ellas y dio un salto espectacular, como concentrando toda la energía antigravitacional en ese único empujón ascendente.

El cielorraso y la columna vertebral de Lucas crujieron simultáneamente en un sólido impacto. Tras ello quedó encajada la segunda en el primero por unos instantes, y luego cayó al piso.


Capítulo 88

- ¿Qué hacemos con el camión, che? - Rolando consulta a David y Natalia.
-  Hay que sacárselo de encima. - La respuesta de David es casi inmediata. Natalia dubita.
- Y ya sabemos quién nos puede ayudar a deshacernos de eso... - Mira a Rolando. - Ya vengo, voy al  baño.

David se para y camina con su  relajado paso clásico de ángulo obtuso hacia delante.
Rolando mira a a Natalia. Ambos tienen marcadas las ojeras en tonalidad oscura.
Al salir del baño, David se cruza con la enfermera que está atendiendo a Tadeo. Permanece mirándola, ve que entra en una habitación, y sale después de un rato.
David se acerca, abre y lo ve. Tadeo duerme. David permanece quieto, mirándolo. Sólo, en esa habitación vacía con sólo una ventana al exterior. Pensando. Una enfermera entra en la habitación y lo ve.

- Disculpame pero no podés estar acá... - le dice y salen juntos. - Debe ser duro... ¿cómo fue...?

David mira las baldosas... piensa en otras cosas.

- A mi tío lo asaltaron y le pasó algo parecido, lo peor sería que le agarre la médula o el cerebelo. - Sigue la enfermera. - Pero el doctor me dijo que...
- Su amigo no corre ningún riesgo. Es posible que esté inconciente un par de días más pero se va a recuperar rápidamente. Parece que fue un susto nomás. - El doctor anuncia la buena noticia a Rolando y Natalia.

La alegría después del llanto.

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Sobre una banquetita de metal con almohadilla de cuerina, Santiago termina de escribir lo que le dicta la anciana. Su letra sobre el papel es pequeña y a veces parece caerse del renglón.
La mandíbula de la anciana ya está cansada.

- Ya está. - Dice.

Santiago levanta el conjunto de páginas. Crujen levemente. Quizá sea por la calidad del papel mismo, o quizá por las lágrimas que derramó en las primeras hojas. Ahora secas.
Seis páginas.
Un abrazo, débil de un lado, contenedor del otro.
Una sonrisa sincera. Otra sonrisa máscara.
Santiago camina hacia la puerta de la habitación. El cable de la máquina cuelga un tanto holgado del enchufe bajo de la pared.
Una mirada cómplice.

- Gracias por ser mi héroe.

Basta con un pisotón leve en el cable de alimentación de la máquina...

¿Será acaso que los héroes no siempre están estrictamente aferrados a la vida?

Las arrugas que se marcan al sonreír. Cierra los ojos.

- No hay por qué... - Susurra Santiago y apaga la luz.

...Vivir sin una sonrisa, no es vivir... morir con una, no es morir...

Capítulo anterior.__________Capítulo siguiente.

2 comentarios:

  1. :,( . me encariñe con la vieja, y buen detalle lo de mi letra xD . y davis fue suempre frio para ese tipo de situaciones, aunque ni idea de como se puede ahcer desaparecer un camion :S

    Echo

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  2. re qe rolo lo puede comprimir....
    oohh es muy corto >.<

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