El cooperativismo tiene pies de confianza.

Mariana se acuerda de sus padres. De la cara que habrán puesto cuando recibieron la noticia. De la cara de decepcion que pusieron cuando la vieron encerrada en el calabozo.

Piensa en sus hermanos. ¿Cómo tomarán ésto?

Recuerda el momento en que su mano rozó la ropa de Atilio. Y, en cuanto lo hace, sus músculos se contraen.

Si hubiera llegado un segundo antes, tan solo un segundo antes para poder salvarle la vida...

¿Y qué clase de juicio termina de esa forma?

"Andá a tu casa" dijo. ¿Cómo van a dejar ir a la principal acusada de un homicidio?

¿Será acaso que se convenció por lo de los papeles?... Dios...

==========Capítulo 65===============

Santiago es despertado por su hermano, Andrés. Con la cara marcada por el césped levanta la cabeza, todavía confundido, mira el enorme montículo al lado de la piscina.

- Mierda, vinieron los viejos?

- No. ¿¿¿Qué carajo pasó??? - Casi grita su hermano sin poder dejar de mirar la elevada montaña.

- Tranquilo, no pasó nada por suerte... - Busca a su hermana.

- ...

- ¿Y la Cachi*?

- Adentro, jugando... - Andrés camina circundando la enorme pila de tierra.

- Mh... - Santiago se para, aún bastante débil. - No te hagás problema que yo lo soluciono.

- Ésto tiene algo que ver con lo que pasó en tu pieza?

- ¿Qué pasó en mi pieza? - Responde Santiago haciendo un gesto con la mano. Con la palma hacia arriba uniendo las terminaciones de sus cinco dedos.

- Lo del hueco, que después tuvieron que rellenar...

- Ah... ehm...

- ...

- ¿A qué hora vienen los viejos?

- A las diez. - Responde Andres mirando la línea que separa el césped de la tierra que ha brotado como un grano hacia arriba.

Santiago mira su reloj, son las siete.

- Mierda...

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El Corsa Classic negro dobla en medio de la ruta. Se mete por una tranquera un par de kilómetros.

Frena.

Se baja el joven de hielo, abre el baúl, saca a Kira atada y aún dormida.

La deja a un lado de la senda de césped claro y aplastado por los autos.

Se fija en las muñecas de Kira, nudos simples, sencillos. Le deja las piernas libres.

Sube al auto. Pone reversa.

El vehículo da media vuelta.

Acelera y se aleja.

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- Ahhh... - Exhala Santiago. - Controlo la tierra.

- ¿Qué???!!! - La pregunta brota de la boca de Andres.

- Tengo Geoquinesis. Puedo mover la tierra como quiera.

- Nah...! - Abre los ojos desmesuradamente.

- ¿Querés ver? - Dice Santiago frotándose la frente.

- ...Naahh

- Te acordás el tierra-control?

- Sí.

- Bueno, algo parecido...!

Inmediatamente Santiago bajó su palma derecha y el pico de la pequeña montaña bajó un metro.

- A LA MIERDA! - Grita su hermano

Bajando la palma izquierda la montaña bajó otro metro.

Un último empujón hacia abajo con las palmas de ambas manos.

El terreno queda ondulado, con menos césped que antes, pero medianamente llano.

- Interesante, ¿no?

Su hermano no dice palabra. Ahora simplemente tiene la mirada fija en el suelo.

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