Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

martes, 7 de junio de 2011

Flashback

Capítulo 66


- Pau, a quién le dijiste a alguien que yo estaba en prisión preventiva?

- No, bueno, a Ana nomás...

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Juan Claudio Gaona...

Descansa, relajado, viendo su televisor plasma de 50 pulgadas desde su cama de dos plazas y media.

Solo en su casa...

De pronto el ruido.

Crik crek crek.

El sonido de la cerradura de la puerta principal de la casa.

Pone el televisor en modo silencioso para escuchar con más claridad.

- Ramona?! - Grita.

- Que raro, Ramona nunca abre directamente, siempre toca el timbre primero...

Nadie contesta. Sólo otro ruido:

Clack!

La puerta cerrándose.

Crik crek crek.

Con llave.

Juan se pone de pie.
Apaga el televisor.

- Mierda...! Ramona sos vos??!!! - Grita con más fuerza.

Nadie contesta.

Abre un cajón de la mesa de luz. Saca un revólver. Suda.
Camina hasta la puerta de la habitación, el picaporte gira despacio, procurando no hacer ningún ruido.

- Mierda...

Apenas sale mira para todos lados.

- ¡¿Quién anda ahí?!

...

Silencio, obvio silencio.

- Ya llamé a la policía! así que van a llegar en cualquier momento! - Miente

Baja las escaleras lentamente, intentando ver algo con la tenue luz de la luna que entra por la ventana.

El interruptor de la luz está del otro lado de la habitación.

No ve casi nada, pero podría haber cualquier persona escondida en las sombras y él no lo notaría...

- Ya te ví! ya te ví la puta madre! salí de ahí si no querés que te meta un tiro! - Miente nuevamente.

Nada se mueve. Quietud total.

Inspira hondo. Exhala. Suda. Corre hacia el interruptor de la luz, con el arma al frente, siempre al frente.

Clic..!

El living se ilumina.

Ante él aparece el amplio sillón beige, con sus almohadones encima, frente a la pequeña mesita de living. El televisor apagado y quieto. Detrás de él está la puerta principal, cerrada, y la quieta cortina de la ventana.
Hacia la cocina, vacío silencio. Sólo el leve murmurar de la heladera.
En la pared los cuadros del renacimiento: el nacimiento de Venus, La mona lisa, La Fornarina y al lado, enmarcado en madera, el título de licenciado en derecho. La pequeña rajadura en la pared, al lado de la puerta del baño que está entreabierta, entrando por el pasillo.

           


Absolutamente nada fuera de lo normal.

- Mierda! ¿Adónde estás? - Apunta para todos lados.

Va hacia la puerta, logra ver por la ranura del costado la doble traba metálica. La puerta está cerrada. Mira por la ventana de al lado. Nada.

Agarra su celular de la mesita del living. Piensa en llamar a la policía pero no nota nada raro.

El arma de pronto le presiona, de lado, el pecho. Luego se levanta, pero su mano no deja de agarrarla.

- ... agh..!??

El revólver gira sobre sí mismo obligando al resto del cuerpo a dar media vuelta.

Frente al señor Gaona está parada la muerte.

- Hola Juan.

- Aaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!! - Intenta bajar el arma, pero ella lucha por mantenerse arriba.

- Shhh!! silencio! - El revólver se mueve brusco hacia el sillón, Juan cae desplomado a lo largo de éste. Inmediatamente el arma gira rápidamente y logra liberarse de su mano.

- Juan... - Dice Rolando, con los ojos tapados por el pelo y por la capucha. - No te voy a hacer daño, por ahora... vengo a arreglar unos negocios.

- ¿Qué? - Juan todavía no comprende lo del arma.

- Sí, seguro que creíste que era un ladrón...

- ¿¿Negocios?? Quién mierda sos vos? - lo interrumpe Gaona, arrinconándose levemente en el sillón.

- Pero no vine a robarte, sino a hacer un trato. - Rolando se sienta en la mesa del living.

- ¿Un trato?

- Si Juan, un trato. Necesito que hagas algo por mí, y no creo que estés muy en desacuerdo... seguramente recibís ofertas como estas seguido...

- ...

- Si. Mirá. - Se saca la mochila y la abre.

- M...? - Juan mira. En la mochila hay fajos de billetes de cien pesos. Muchos fajos.

- Es mucha plata.

- Sí.

- Juan, dentro de unos días vas a tener que juzgar a una chica... - Comienza a sacar, uno a uno, los fajos, y los va dejando sobre la mesita. - Mariana se llama. Y ella, a diferencia de muchos otros, sí es inocente...

- Si... todos son inocentes. - Dice el juez algo sarcástico, mirando el dinero, pero un poco asustado.

- No. Ella es distinta. Lo que pasa es así: ella quería salvar al viejo. Ya suficiente culpa siente en la conciencia.  - Sigue sacando fajos. No se detiene.

- Y...

- Pero no tiene nada de donde agarrarse... es desesperante.

La pirámide de fajos se levanta rápidamente. Rolando se concentra en hacer las cosas rápido. Pone el último fajo encima de todos los otros.

- Necesito que hagas justicia Juan.

- Pe- pero....

- Son tres millones. Contalos.

- Si, pero me decís que la chica no tiene defensa...?

- Mirala a los ojos Juan. Y vas a entender lo que te digo...

- .... - Juan permanece perplejo, mirando el dinero.

Rolando se pone de pie.

El silencio es denso, confuso.

Camina hasta la puerta.

- Gracias Juan. Es bueno saber que hay algunos que entienden por las buenas.

 Crik crek crek.

Se destraba la puerta y las bisagras giran solas.

El espectro negro, tal como llegó, se ha ido.

Cleck!

Y Juan queda, sólo. Ante tres millones de pesos.

Le tiemblan levemente las puntas de los dedos.

Capítulo anterior.__________Capítulo siguiente.

7 comentarios:

  1. ah!!, eso explica bastante. aunque no sos muy bueno regatenado :P. por 3 millones tiene que dejar libres a los presos de 1 año y hacerte un Pt. pero bueno, por ahora sigue grosa :D

    Echo

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  2. rolo... sos un blando!
    la cosa era: "la declaras inocente o te mato"
    rapido, duro y efectivo, como a vos te gusta...

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  3. parece un padre que habla con el hijo, todo re tranqui.... Ademas, justo se va a poner a discutir con el "ladron" acerca del nombre con toda la tranquilidad del mundo...

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  4. cuando dije q 50mil era poko tampoko me referia a 3 millones, pero hiciste bien en darle la guita marcada y q la misma cana persigue
    davichote

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  5. esto explica bastante, pero aun asi pudo tranquilamente declararla culpable... seguro qe algo mas paso, verdad?

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  6. dudo q declarara culpable a alguien si acordo no acerlo, xq sino vendria denuncia por la tenencia del dinero, o sino la persona q entro a tu ksa sin llave, arrojo tu pistola magicamente, creo q puede volver a entrar y esta ves matarte, no se me parece...

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  7. A Hombre Muerte le gusta ese comentario.

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