Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Porque a veces no queda otro camino...

Capítulo 14

Teníao que sacar a Marino de ahí y avisarle a los otros que ya alguien más sabía de nuestros poderes. Y que nos trataron de encerrar ahí. Me acerqué caminando ya un poco más animoso hacia la puerta, Era muy raro, ya lo había asimilado, era como levantar un brazo, mover un dedo, sacar la lengua… algo muy sencillo que aún no perdía su gracia… como abrir una puerta cerrada con llave…

¡Critap!

Destrabé la puerta y lentamente, me fui asomando. La puerta tenía una de esas ventanitas cuadraditas en el centro que te permiten ver a los internados cuando estás desde el lado de afuera. Al asomarme miré hacia el pasillo de mi izquierda, pues inmediatamente hacia la derecha sólo había una pared.

Salió desde otra puerta un hombre adulto, pelo rubio oscuro o castaño claro, como quieran… con saco marrón y camisa. Alto y corpulento, como fornido. Apenas salió dio media vuelta y mirando de nuevo hacia la habitación desde donde había salido:

- ¡Oiga…!
- ¿Sí? - Escuché de nuevo a la enfermera.
- De esto… - E hizo un gesto con la mano, cerrando los dedos índice y pulgar y deslizándolo por los labios.

En ese momento, ¡El tipo se giró justo en dirección hacia donde yo estaba asomado! y ¡¡¡¡Ahhh…!!!! Me escondí rápido, ¡Casi me vió! ¡¡¡Aahhh…!!!

- ¿Qué pasa? - Escuché de nuevo la voz de la chica.
- Nada, deje, pero de esto ni una palabra a nadie, ¿Me oyó?
- Si, si le oí, le oí...
- Bien y no le permite...
- EL ACCESO A NINGUNA VISITA.
- Exacto.
- Bueno, adiós señorita, que ande bien…
- Adiós oficial…

- ¿¿Eh?? ¿Qué carajo? ¡Es un oficial! - Pensé. Y luego escuché sus pisadas acercándose.

Tep… tep… tep…

¡Viene para acá y me va a ver despierto…!
Corrí, me metí en la cama y me hice el gil rápidamente…

Tep…tep..

¡Huy! ¡Cierto! ¡La puerta! Me estiré, bah, era como estirar un brazo…

Crick…

Tep… tep… TEP… TEP…

¿Y si abre? ¿Qué va a hacer? Nada… tranquilo… se va a ir…

TEP… TEP… tep… tep… tep… tep…

Ufff.... ¡Menos mal!

tep.. ¡tep!... ¡¡tep!!... ¡¡¡Tep!!!... ¡¡¡TEP!!! ¡¡¡¡TEP!!!!...

¿Qué carajo? ¡Volvía corriendo! Cerré los ojos esperando que no viniera hacia ésta habitación, pero, ¡Los pasos se frenaron justo en frente de la puerta!…

Toc, toc toc…

- ¿Por qué está Marino en una camilla al lado de Rolo? – Planteó Ana, desde la puerta.

Abrí los ojos, me levanté y los vi… ¡Eran los chicos que acababan de subir a toda prisa!

- Vamos a tener problemas con la ley - se dijo Mariana, sin que nadie la escuche nuevamente, mientras terminaba de subir las escaleras y miró al oficial que se había detenido antes de empezar a bajarlas.
El poder de Mariana era algo más complejo, estaba acostumbrándose a él pero aún no se animaba a probar generar paradojas que incluyeran a otras personas. Era extraño pero simple a la vez, como el de todos supongo…
Y cada vez ganaba más tiempo, por ese entonces su tiempo máximo había rondado por los cinco minutos, más o menos, o al menos eso me dijo luego.

Abrí rápidamente la puerta y les sonreí… ¡Qué agrado que fue verlos de nuevo! Los abracé.

Y justo en ese momento, por sobre el hombro de Santiago pude ver al oficial, que desde la escalera detrás de ellos, había girado la cabeza y acababa de descubrirme…

Ir a Capítulo 13: A veces rompemos reglas por buscar lo que queremos.__________Ir a Capítulo 15: Siempre hay otro camino.

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