Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

lunes, 22 de noviembre de 2010

A veces rompemos reglas por buscar lo que queremos.

Capítulo 13

¡Cri-Critap!

Cerraron la puerta con llave. Nos encerraron, sí, así de loco como suena, nos aprisionaron en una habitación de hospital.
¡Pero por suerte había una ventana! ¿Qué clase de idiotas se creían que eramos?
Me paré, ¡Bah! Mejor dicho intenté pararme…

¡¡¡Auchh…!!!

Me dolía muy mucho la espalda porque, aclaro, me caí de espaldas al barro/tierra/lodo que habían armado Santiago y Natalia para mí… ¿Qué tendrá mi espalda con caer antes que yo?

Bueno, noté que no sabían que yo controlaba el metal, porque cerraron la puerta con una cerradura metálica. ¿Por qué rayos lo sabrían?, me pregunté, después de todo no se lo había dicho a casi nadie excepto mis amigos.
Intenté pararme de nuevo…

Auugghhh

Pero esta vez sí lo logré, caminé por la habitación, la observé, siempre observo los lugares nuevos. Fui hacia la ventana, (era de las clásicas con dos vidrios verticales que se desplazan hacia los lados. Tenía una persiana además, pero estaba abierta.) Antes de llegar a ella intenté desplazarla, estaba trabada, intenté destrabarla…

Malditas trabas baratas de plástico.

Caminando dolorosamente, llegué hasta la ventana., la destrabé y la abrí manualmente, En ese momento me dí cuenta de que tenía puesta ropa de hospital, de esa que se te vuela fácil y se te ve todo, parecía que me habían bañado y me cambiaron en un estado de semiconsciencia… a Marino no lo cambiaron…

Me asomé por la ventana. Estabamos en el primer piso del hospital y veía lo que sería ¿El patio?
Estabamos en la última habitación de la izquierda, mirando para el patio.
Debía despertar a Marino…

Mientras tanto los chicos entraban al hospital…

- Disculpe – Espetó Santiago con su toque de diplomacia al hablar, pero denotando cierta desesperación por el “haberme matado” – Recién vino un chico trayendo a otro desmayado, ¿Me puede decir en qué habitación lo dejaron?. - Le sorprendía no encontrar a Marino esperándolos o algo así.

La recepcionista lo miró fijo, como quien es descubierto con las manos en la masa, y respondió.

- No vino nadie, disculpen chicos…
- Están arriba – susurró Mariana para sus adentros.
- ¿Qué Mari? - Preguntó David, quien no había logrado escucharla aún estando al lado de ella.

Natalia observando el elevado número de personas que se encontraban allí en ese momento le propuso ir fuera. David compartió la idea inmediatamente y Paula los siguió. Ésta última, mientras se dirigía fuera, recordó que ignoraba el poder de Tatiana, así que decidió dedicarle un roce de manos simple, callado.
Se retiraron.
Tatiana le tocó el hombro a Santiago.

– Están arriba, Echó.- Dijo.

Santiago le dedicó una mirada de desdén a la recepcionista y comenzaron a caminar hacia la escalera. La recepcionista los amenazó diciendo que llamaría a seguridad. Ninguno le llevó el apunte. Que llamara a quien quisiera, a fin de cuentas ellos no estaban haciendo nada malo…

De vuelta en la habitación.

Mmm… podría haber despertado a Marino y abierto la puerta fácilmente para que nos vayamos de allí, pero, lógico, no querían que nos fueramos, y si nos veían caminando por ahí, nos iban a agarrar…

Además de que Marino no debía de tener mucha fuerza, como para teletransportarnos fuera.

A todo esto, ¿Dónde estarían el resto de los chicos?

Ir a Capítulo 12:No somos libres, estamos presos de buscar lo que queremos.__________Ir a Capítulo 14: Porque a veces no queda otro camino...

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