Los hechos y/o personajes de esta obra son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad.

martes, 14 de junio de 2011

Todos peleamos por poder.

Capítulo 68

Diego camina por el borde de una azotea. A su izquierda, la caída a la calle, a su derecha el techo llano de un viejo edificio de dos pisos. Mira la hora. La tarde es tranquilamente cálida. Le vibra el celular.

Anto Llamando.

- Hola? - Responde susurrando.
- Ya estoy llegando. ¿Y los otros dos?
- Ya entraron.
- Ah! - refunfuña. - Bueno, dale yo espero.
- Dale. - Susurra y cuelga.

Despacio se agacha para apoyar el oído en el concreto de la azotea. Oye sólo su propio latir. Mira de nuevo la hora.

Antonella está en la puerta. Mirando hacia la calle. Ningún auto circula por esa hora por allí. Saca su celular, camina despacio por la vereda. envía un mensaje y levanta la vista, un auto de policía pasa al lado de ella. Lo ve de reojo. Sigue caminando. Casi inmóvil con la vista en el celular. Pasa el auto y Antonella deja de fingir.

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- Méndez, ¿te acordás del caso de los narcos?
- Huy si, vos sabés que el otro día estaba pensando justo... no pelotudo. ¡Hubo un montón de casos de narcos!
- No. Pero el que llamó una piba. Y cuando llegaron Lucas y Matías ya estaban liquidados varios tipos... y que no encontraron a la que llamó...
- Ah si. ¿Qué ha pasado?
- Pasa que encontramos seis kilos de cocaína...
- Si, tenés razón. ¿Pero que dijeron en el interrogatorio?
- No te acordás?
- ¿Qué?... aahhh si, que se cortó la luz. Pero la puta madre... vení, vamos a interrogarlos.
- No, no puedo ahora porque quedé en que...
- Pero venga para aquí, pelafustán! - Lo zamarrea. - Que si nosotros no hacemos nada, nadie hace nada...

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Aylén está sentada en un cómodo sillón doble. A su lado Tadeo, con lentes oscuros y una camisa negra perfectamente planchada. Frente a él. Una mesa de algarrobo ornamentada, con vidrio empotrado. Más allá, dos sillones individuales que hacen juego con el doble. En uno de ellos está sentada una mujer con un vestido apretado color piel de amplio escote, le llega hasta la mitad de los muslos. Y cruza las piernas. En el otro un hombre con saco oscuro y camisa sin corbata. Dos guardias detrás de ellos. Corpulentos. Uno a cada lado de la única puerta de salida de la habitación. Más allá de esa puerta está la escalera que desciende hasta casi la puerta de entrada.

- Los escucho chicos.
- Bueno... - Tadeo toma la palabra. La rodilla le tiembla un poco. - Querríamos doscientos gramos...
- Que lindo... pero ¿de qué estamos hablando? - Pregunta con seriedad el tipo.
- ¿...? - Una gota de sudor corre por la nuca de Tadeo.
- ¿De qué sustancia?
- Ah! De... cocaína...
- Son cien.

Tadeo mira a Aylén. Ella saca de su billetera un billete de cien. Lo pone encima de la mesa. El jóven le hace un gesto a uno de los guardias.

- Parece que, como está la mano, vamos a tener que hacer lo que te dije... - Le dice en tono serio a su compañera. Ella lo mira seria, con los labios apretados. Aylén y Tadeo transpiran en frío. Él la mira con extrañeza. Ella sonríe y le acaricia el rostro. Él se queda quieto, mirando a los chicos algo extrañado.

Vuelve el guardia con un pequeño paquete y se lo arroja a Tadeo. Quien lo atrapa en el aire.

Se comienza a sacar un guante, algo apresurado. - Sacá la navaja... - le dice improvisando a Aylén.

Ella lo mira extrañada. Agarra su bolso y se pone a buscar una navaja que no tiene. Tadeo roza el paquete con la mano desnuda. Los ojos se le ponen en blanco, las pequeñas y finas venas aparecen por la zona inferior de sus globos oculares. Afortunadamente, con los lentes oscuros no se ve nada extraño, sólo le tiembla levemente el maxilar.

- Váyanse. - Les dice la chica del vestido a los dos guardias. Los guardias miran al hombre. Él la mira. Ella le acaricia el mentón y le sonríe. Él le agarra la mano y se la besa.

- Váyanse. - Dice él. Los guardias salen de la habitación y cierran la ornamentada puerta.

Tadeo visualiza los pequeños paquetitos de cien gramos, una alacena de madera, de donde sacaron el polvo, más antes, un auto, una bolsa en donde traen los paquetitos. Pero quiere ver más atrás. Quiere ver el pasado de la droga, no de los paquetes.

Necesita concentrarse más.

- N-No la encontrás? le pregunta a Aylén y, sin mirarla, abre el paquete levemente con la uña, mete el dedo índice, toca la sustancia, y lo frota contra el pulgar. El olor es penetrante. Aylén sigue revisando el bolso, con la cabeza gacha levanta la vista y mira a la chica que tiene sentada al frente; quien la está mirando muy fijo.
- Dale boludo, ¿qué esperan? - Dice el tipo de traje.

Tadeo mira ahora, paquetes pequeños, paquetes de un kilo, son metidos en una bolsa, más antes un tipo de traje con un maletín que lo encierra, en un auto, Una mujer que guarda dos paquetes juntos de cocaína en un bolso, parece viajar en micro. Se concentra más, para ver más atrás. Un auto...

- ¿Qué pasa? - pregunta el tipo.
- Tranquilo... - le dice la chica y le acaricia el pecho.

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Afuera, Antonella ve un tipo saliendo del lugar, él la mira. Ella agarra el celular, se apoya en una pared, aprieta dos teclas y se lo lleva al oído. El tipo se sube a un auto estacionado pero no lo pone en marcha.

- ¿Qué pasa? - Responde Diego susurrando sentado en la azotea.
- ¡Cómo que qué pasa boludo! - Grita Antonella para que la escuche el hombre en el auto. - ¡Media hora esperandote!
- ¿Qué? - Se pone de pie y corre hacia la cornisa que da a la calle. El sonido de sus pies retumba en la habitación de abajo: la sala donde están los chicos. La chica del escote inmediatamente le saca el arma de la funda a su compañero y le apunta a Tadeo.
- Ah, ¡pero sos boludaso!, hagamos algo, adónde estás ahora?! - Grita Antonella
- En el techo... - Dice susurrando Diego.
- ¡¡Vení para acá!!

El auto del tipo se pone en marcha y acelera.

- No grités bolud...
- ¡YA! - le grita Antonella y le corta.

Diego se asoma. Antonella le señala el auto que ya dobla la esquina.

- ¿Qué fué eso? - Le pregunta, serena, la chica a Tadeo. - ¿Por qué mierda te tardás tanto? ¿eh?

El pulso le tiembla levemente al sostener el arma. El hombre de traje mira asustado

Capítulo anterior.__________Capítulo siguiente.

5 comentarios:

  1. guau, no se como mierda llegaron a esasituacion... pero interesante :P

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  2. Pero venga para aquí, pelafustán!

    WTF? :O

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  3. OMFG!!! no quiero morir!! muy buen capitulo, me gusto, aunque los personajes no actuan como ellos mismos, actuan como rolo lo haria. Igual, la idea de que ya empezemos a ser heroes esta genial :D
    (jotai)

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  4. qe le paso al blog!?
    no se ven los hipervinculos!!!

    y ya qiero explicaciones! o qe alguna escena de accion termine y se explique.......... porqe el de mari para mi aun no se explico...

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  5. porq es todo verde???? :S

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