Terceras teorías.

Capítulo 56

- Kira, atenta. Tengo otro objetivo para vos.
- Siempre estoy atenta...
- No parece. Este caso es distinto Kira, no como los pelagatos de siempre, este caso es único.
- ...
- ¿Te acordás de tu amiguito? ¿El que congelaba materia?
Kira apretó los dientes. - Sí.
- Bueno, necesito que vayas a la dirección que te está llegando al celular. Mañana a la mañana, sí o sí.
- Ok.
- Ah... y Kira...
- ¿Qué pasa?
- Esta vez no lo heches a perder.
- Intentaré.
- No. No lo intentes. Simplemente no lo heches a perder.

Click.

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En una casa al noroeste de la ciudad, Rolando se encuentra reposado en su cama, dentro de su, como siempre, desordenada habitación mientras juguetea con una cuchilla que tiene una especie de lente con forma de rombo en ella. Piensa que es inevitable cometer errores, pero que tampoco lo es dejar de hacerlo. Reflexiona sobre los errores cometidos y prevé que posiblemente cometerá muchos más. Aunque eso ya no le molesta...

- No puede ser por variabilidad genética. Es decir, no es posible que, en un grupo de individuos de la especie homo sapiens maduros, desarrollados, Se pueda producir una recombinación cromosómica. Eso es contranatura. Es imposible ¿no? En realidad ya no sé que es realidad y que no. Adquirir estas capacidades me hicieron plantearme todas las cosas, las leyes, todo... de otra manera. Ahora creo que es todo posible, me volví bastante escéptico te digo...¿Y una Mutación genética? Eso podría ser ¿no? Nah, me suena mucho a los comics que leo... y... la verdad que no me convence del todo. Ni la mutabilidad ni la variación por rayos gamma, ni por radioactividad...

Voltea hacia su derecha y recuerda el dinero, el robo, los contratiempos, la escopeta presionándole el cachete al guardia y apretándolo contra la pared, la sensación de culpa, la sensación de no poder tirarse atrás a esa altura del juego, la inercia provocada por una mera y mínima idea llamada sentido común.

- ¿Origen extraterrestre? Aunque no me explico cómo... eso me da miedo, quien sabe qué cosas tendrán ellos, qué tecnologías... qué grado de desarrollo mental...

Mira hacia lo más hondo del aparador y ve la mochila, y ve los millones que contiene, y agacha la cabeza. Se dispone a dormir Rolando, esperando que el recurrente sueño del niño que llora ante el ataúd no aparezca de nuevo esa noche.

- Waaaa, al final que importa de dónde hayan salido. Está buenísimo lo mismo. ¿Por qué siempre tenemos que encontrarle una explicación a todo?¿Un virus? se metió en nuestras células, nos contagió y por eso podemos hacer ésto... es probable

No es ese sueño el que aparece, sino algo peor. Una gruesa voz truena en medio de la nada, Rolando se sentiría desnudo pero ni siquiera siente su propio cuerpo. Un miedo indescriptible pesa sobre su nuca.

- ¿Te das cuenta? – Suena la voz
- …
- Tuviste que fallar, es propio de los seres humanos…
- …en qué…?
- ¿Tenías que ser tan complicado? ¿Por qué lo haces todo tan difícil para todos? Lamento decirlo Rolando, pero yo te Maldigo. Te maldigo porque decidiste abrir tu propia puerta hacia el infierno. Lo decidiste, y a voluntad propia, quisiste caer en esa tentación. Se supone que todos saben que no es fácil pero vos…. Vos no tuviste siquiera un granito de voluntad. Te maldigo Rolando… Lamento tener que decir esto, pero nunca, nunca serás amado. Jamás te amará una persona a la cual tú ames.

Yo…

¡Te maldigo!

- Ah...! - Rolando se despierta precipitadamente, cómo siendo soltado por una mano enorme. Está transpirando. Se dispone nuevamente a dormir, ahora sí soñará con el niño, sus lágrimas y el ataúd.

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En una casa al norte de la ciudad, Paula se relaja leyendo una novela, se harta momentáneamente de un programa de televisión que la está aturdiendo desde su izquierda. Recuerda haber tocado a Rolando ese día, estira el brazo, el control remoto se acerca despacio hacia su mano izquierda, apunta, y cambia de canal.

Paula, mientras una reseca sed le deshumedecía los labios, se dice a sí misma:

– Uuuhh… cómo me gustaría poder tocar a más de uno para poder ahora traerme un chorro de agua aunque sea… Pero debe saber rarísimo, ¡un chorro de agua volando desde la heladera hasta mi pieza…! Además de que me costaría muchísimo. Demasiada concentración.

Y siente de nuevo esa sensación, extraña, de que algo le aguarda, algo particular, especial. Muy especial. Adquirir esta habilidad era algo que le tenía que pasar.

Lo cierto era que en realidad si podía tocar a más de una persona "elegida", pero la fidelidad de la "copia" era inversamente proporcional a la cantidad de superhabilidades que quería absorber.

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En una casa al norte de la ciudad, instantes antes a escuchar un chapoteo en el agua, Santiago, sobre su propio techo, había atraído un conjunto de piedras y arena, de la vereda al frente de su casa. Una masa amorfa levitaba a la altura de sus ojos y se retorcía al mismo tiempo que él torcía los brazos para ambos lados...

- A ver... estábamos en el patio de Rolo la mayor parte del tiempo. Al menos esa fue la última juntada en que estuvimos todos los "elegidos" juntos...

Tras meditarlo un rato. Santiago arribó a una conclusión:

- No tengo ni idea. En una de esas cayó un meteorito... que se yo, o quizá algún vecino de Rolo, tenía poderes. Y tal vez tenía demasiado poder y tuvo que liberar un poco para no explotar. Y la diversidad, bueno, debe ser porque justo en ese momento Rolo nos preguntó cual poder nos gustaría tener, y quizá está medio relacionado con el pensamiento, porque todos estábamos pensando en cómo...

Santiago cierra los puños y las piedras y la arena se compactan en un bloque esférico.

- ... los usaríamos. ¿Ahora... de dónde habría sacado el vecino el poder... y TANTO? Capaz que... Fue.. suficiente flasheo por hoy...

Escucha un chapoteo en la pileta...

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En una casa fuera de la ciudad de Córdoba, Aylén arma y moldea pequeños campos de fuerza entre sus manos, con la luz apagada y estando ya acostada. Moldea un rostro y luego lo desarma y forma una flor, que luego desarma para formar un árbol.

- En el 2012 se producirán cambios radicales en la vida de la Tierra... Puede ser que un meteorito o cometa choque contra el planeta o que el sol se apague, o explote, o que nos chupe un agujero negro gigantesco o nos invadan los aliens... Capaz que tenemos estos dones porque el final está cerca... y nosotros fuimos elegidos de casualidad...
Aunque de casualidad ... que nos hayan elegido a nosotros nomás, y a nadie más... es medio raro...

Arma un cilindro con un campo de fuerza, y lo estira, hasta que queda delgado como una lámina.

- O capaz sea algo como las auras. Somos algo así como los niños índigo... ¿ pero por qué sólo nosotros tendríamos los dones?
Quizá tener un aura particular era sólo una condición para tener los dones... la primera... y nosotros tuvimos la suerte de lograr reunir el resto e las condiciones para "habilitarlos"... ¿cuales habrían sido las otras condiciones?...

....

- No bueno, acabo de caer en que gracias a mí apresaron a cuatro narcos... ¡a cuatro! ¡y yo sola!...

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En un departamento en el centro de la ciudad, Claudia se está dejando vencer por el poderoso sueño que la ataca. Ella no está moviendo cosas con la mente, ni está generando campos de energía ni mucho menos. Ella no usa casi nada su poder. Sólo recuerda haberse visto forzada a usarlo pocas veces, y era por encontrarse en determinadas situaciones. Simplemente no le agrada... o al menos no tanto como a los demás.

- Tengo que pedirle los apuntes a Juan de Anatomía... y leer lo de química... Además que el finde salimos a bailar con los chicos... y... y...

Duerme ya plácida en su cama Claudia...

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En la planta alta de una casa, cituada al centro de la ciudad, un poco al sudoeste, recostada con los brazos por fuera del cubrecama, Tatiana está mirando al cielo. Mira a una de las tres Marías...

- Y si fijara toda mi concentración en una estrella, por más que esté lejísimo...

Abre los ojos como platos, se le acaba de ocurrir una genialidad. Los entrecierra, mira muy muy fijo a la del medio, a la Alnilam.
Nada.

- Claro, el objetivo es claramente inalcanzable, al menos por ahora. Pero si me propongo un objetivo más cercano...!

Se da vuelta Tatiana y queda boca abajo, se concentra y va sintiendo... medio metro, un metro, dos metros y medio, abre el círculo. Nadie está en su comedor.
Continúa intentándolo, pero cuando ya ha visto tres veces seguidas la oscuridad misma de lo que sea que se encuentre debajo de su casa, decide dejar de intentarlo.
Vuelve a colocarse boca arriba.

- ¿Por qué puedo hacer ésto?... - Se dice, mientras lo desactiva y parpadea. Desde que ni siquiera lo percibe mínimamente, le ha dado bastante más importancia a parpadear. - No debe haber una razón ... - frunce la boca. - O capaz que fue algún accidente que ocurrió en lo de Rolo. Porque sólo los que estábamos para su cumple tenemos poderes. ¿Habremos invocado algo...? o fue algo químico capaz... pero si llega a aparecer alguien más que tiene poderes se me cae toda la teoría a la bosta... - Ríe.- Bueno, si invocamos algo, fue por casualidad... ahora, si hay más personas además de nosotros que tengan superpoderes entonces no es azar, sino que fuimos elegidos, y ahí si habría una razón... O no. Capaz que cada uno nació con ésto, pero se desata sólo cuando estamos todos juntos. Como una profecía. Y obvio que estaba predestinado a que fuéramos amigos. Y ahora tenemos que hacer algo...!! Pero no tengo ni idea de qué podrá ser...

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En el norte de la ciudad Marino yace recostado en su cama, mirando el techo en medio de la oscuridad de su habitación. Logra ver todo con bastante claridad. Se mira el brazo. Piensa si no podría enviar todo su potencial directamente a éste.

- ¿Cuáles son los límites? ¿cómo funciona? Puedo transportar a alguien, de eso estoy seguro, o sea, a Rolo lo tuve que tocar para poder transportarlo. Me duele la cabeza si lo uso mucho. Y me desmayo si lo uso demasiado. O si lo sobreexijo… si me concentrara en que sólo mi brazo se teletransportara, capaz que lo logro...- Sonríe, luego imagina su sangre cayendo y ríe. - Pero me quedaría sin brazo, obvio.
¿Será temporal?... ¿que pasa si lo tengo por un tiempo nomás, y después se me anula, o desaparece o algo? Porque si es momentáneo lo tengo que disfrutar lo más que pueda.. (¡como si no lo hubiera estado haciendo desde que lo tengo! jeje)
O será limitado de alguna forma... ¿cuando lo uso se descargará?... Bueno, al menos me conformo con lo de la otra noche, que me pude transportar hasta la casa de Echó. Supongo que mejora...
¿Podré mover a todo el grupo entero de un lugar a otro...? - ríe Marino.

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El jóven de Fuego caminaba relajadamente hasta su cocina, pone una olla sobre una hornalla. Y de golpe, cierra los ojos y agacha la cabeza, coloca las palmas de sus manos en su cara y se clava las uñas en la frente, frotándola un poco.

Shist!

Una chispa, la agranda hasta lograr una esfera ardiente del tamaño de un bolón. Mientras se frota con algo más de suavidad la frente, tanto por el leve dolor de las uñas como por el puntazo interno.
Abre la llave del gas, la hornalla se mantiene sola.
Vuelve al comedor.
Mario está mirando los cuadros, los muebles, los discos, el sillón. Todo con gran parsimonía.

- Mario.
- A la mierda! - Reacciona Mario sobresaltándose.
- ¿te asusté? - Ríe el joven.
- Si, algo... jeje - Mario también sonríe y se frota el pecho.
- Escuchame Mario, vamos a hacer un pacto. ¿Sabés cocinar?¿limpiar?¿Planchar?
- Si, si si... no te hagas drama yo hago todo.
- Bien, yo por ahora no te puedo pagar más que con la estadía, el baño, la luz, y demás cosas, pero después voy a ver que consigo.
- No hay problema, de verdad que esto está perfecto... ¿Vos te vas ahora?
- Si, salgo, vuelvo en un par de horas.
- ¿Qué te pasó en la frente?
- Ehmm... - Se tapa la marca de las uñas. - No, nada... - Ríe nerviosamente.
- Bueno, me voy, te dejo sólo, cocinate algo... te dejé una hornalla prendida, no la apagues porque no hay más fósforos. Preparame algo para mi también por favor, gracias.

El joven se pone una campera y sale.
Apenas sale, finge irse caminando hacia un costado, cuando no se lo pueda ver desde la ventan de su casa, trepa un par de plantas, se sube al techo del vecino, se cruza a su propio techo, se asoma por el lado posterior de la casa y observa la cocina.

- ¿Qué me pasó acá? - se dice tocándose la frente - Yo me pregunto lo mismo Mario, ¿qué me pasó? - Mientras piensa no deja de mirar a la ventana, la hornalla sigue prendida y Mario aún no la cuida. - A lo largo de toda la historia se ha hablado de personas o eventos mágicos, anormales, ahora yo soy uno de ésas personas...

- Tal vez alguna onda, o energía vibrante interna de las cosas, o alguna energía estimulada por cierto tipo de piedras... o no sé... - Mario no aparece por la cocina y el agua de la hornalla está hirviendo. - ¿Por qué tengo el poder que siempre me gustó...? Debe ser algo psicológico interno. El inconsciente en su máxima expresión tal vez. O alguna fuerza psíquica, demasiado inconsciente, que me permitiría tener dominio total de las cosas pero mi inconsciente me pone algún freno, y por eso es que sólo controlo el fuego.-

Entra Mario apurado en la cocina, denota la expresión de desesperación. Saca la cacerola del fuego y gira la perilla hasta apagarlo. Relaja los hombros, más relajado. El joven de fuego se lleva una mano a la cara. De pronto Mario recuerda lo que le fue dicho y se lleva ambas manos al rostro, empieza a abrir puertillas de la alacena, buscando algo con lo que prender e nuevo la horanalla. El joven de fuego suspira para sus adentros.

- Olvidadizo, pero parece leal... - Se dice a si mismo.

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Ana reposa su cabeza en la almohada, No pensar por un rato es aliviador. Se acuerda de la última vez que estuvo con Mauro, su novio...

- Cerrá los ojos. - Dijo Mauro
- Oh, por Dios Mauro, otra flor celeste...! sé un poco más original, osea... -

Mauro la mira con fastidio pero sonríe. La besa.

- Jaja - Ríe Ana en su cama. Aún no se ha hartado de su habilidad, tiene aún muchas personas a las que interrogar... - muejejeje, cómo me voy a cansar si es limitadaso mi poder, osea, ni siquiera puedo leer los sentimientos de la gente, solamente puedo escuchar cuando piensan en forma de oraciones posta...
Yo soy distinta a los demás, osea, mi habilidad es distinta, puedo leer mentes, no controlar cosas... sólo leer mentes... es chomaso! soy perceptiva pero no puedo hacer casi nada...!
Lo mío es un poco de deducción y un poco de intuición. Osea, hay cosas que es obvio que van a estar pensando algunas personas... Pero hay otras que no tanto, y ahí es donde me sirve "la intuición", que en realidad es un don sobrenatural o algo así...
Lo peor es que no sé cuál fue la primer persona a la que "leí", porque el proceso fue tan paulatino... Antes era lo mismo, sólo que un poquito más complicado...

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Ulises está con cara terrible. Ojeras, los ojos rojos, el pelo despeinado. Se mueve casi convúlsamente, caminando hacia la puerta del edificio.

- ¿Que acaso nadie se da cuenta de que está todo dado vuelta?... Si, al comienzo fue divertido, pero ... estamos todos mal, estamos todos mal, estamos todos mal.

Entra en el hospital psiquiátrico.

- Todos deberían hacer lo que yo... todos... deberían...

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El jóven de hielo está tirado en su cama, leyendo un libro.

- Siempre logro lo que consigo... está bien, ¿pero ésto? ¿por qué? y ¿por qué a mí?... No lo entiendo, no fuí la mejor persona, no creo que Dios me tenga en un altar, ni que el Karma quiera felicitarme por algo... ¿por qué..? - Piensa.
- ¿¡¡¡ POR QUÉ A MIIIIIII!!!!!???? - Grita sin que nadie lo escuche en la desolada casa.

TUMP!!

El libro choca de lleno contra la pared.

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Un guardia llega hasta donde está encarcelada Mariana.

- Ponete contenta, mañana te vas de acá.
- Qué?... De verdad? Soy inocente?
- Jajaja! - ríe - no, no piba... lo decís como si en realidad lo fueras, mentís muy bien. Mañana a la mañana empieza el juicio, así que o salís... o te mandan a la cárcel común, pero de acá te vas seguro...

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