Maldición de la voz.

Capítulo 41

"En medio de la mismisma nada. Sin un color. Sin un olor.

Sin un sabor ni textura. Sólo se escuchará voz."

- Inicialmente te sentirás viva. - Emepezó la voz.- Pero será casi efímero ese tiempo. Al disfrutarlo, se escurrirá veloz de tus manos, tan rápido que sentirás que ni siquiera existió.
Habrá momentos de duda, momentos de desesperación, momentos de calma, de angustia, de rabia, y de felicidad.
Pero desperdiciarás la magia invirtiéndola en la primer persona a la que te acerques... ¿Por qué diantres nadie espera?¿Es acaso mucho pedir?...

Humanos impacientes...

- ¿Quien sos? - Preguntó ella, entre sueños...

- Humanos impacientes. - Repitió la voz.

Era una voz extraña, algo grave, pero nadie podría definir el sexo de esa voz. Era neutra. Inconsciente. Potente. Perfecta.

- Afortunadamente, y como siempre, llegarás al punto de desilusión. El mundo de ensueño que creaste se caerá a pedazos muy despacio, desesperandote.

Y con él...

Con él se desvaneceran tus ganas de soñar...

No sentirás más aspiraciones, no tendrás más proyectos. Nunca más sentirás la satisfaccion de existir. Te moverás hacia adelante casi por inercia. Porque no hay ninguna otra dirección a la cual ir. Y, si la hubiere, te acercarías a ella con tanto desinterés...

- ¡Ah! - Gritó ella. - ¡Calláte!, quiero salir de acá, ¡¡¡me quiero ir!!!

Pero sintió (y supo), al instánte, que no podía escapar de la nada. O al menos no por voluntad propia.

La voz se calló por un instante.

- No me gusta esta parte del equilibrio... ojalá los otros dos sepan lo que harán- Se dijo la voz, a sí misma, entre susurros.

Hizo silencio nuevamente. Ella no sabía que decir, el hecho de que la haya heho callar, diciéndole impaciente, no le había agradado nada. Y mucho menos le agradaba lo que ahora le hacía escuchar.
Algo angustiante comenzaba a crecer dentro de ella. La voz continuó.

- Ni siquiera la muerte podrá remediar ese calvario, así que dejarás la idea del suicidio de lado...

Sabrás, de pronto, que besar es lo mismo que morder con los labios un pedazo de carne húmeda e insípida. Ya nada tendrá el mismo sabor que antes, ya nadie te arrancará una sonrisa en contra de tu voluntad.

¿Tu conciencia? ¡Ja! Ella tampoco te ayudará mucho... junto con tu orgullo se ocuparán de destruirte lentamente. Parasitándote. Desmembrandote. Comiendote la piel infinitamente. Creerás, por toda la eternidad, que serás capaz de resolverlo sin ayuda de nadie...

Y aunque todas las veces te sea demostrado que no es así, lo intentarás de nuevo...

Tercos seres humanos...

Ni siquiera te sentirás acompañada de tu soledad.

Ella empezó a pensar que todo éso podría ser cierto. Quiso llorar, pero no había nada, no era nada, salvo una voz y, suponía, unos oídos... ante la potencia de otra voz...

- Cuando pase un poco más de tiempo en ésta "vida" tuya, conocerás a mucha gente más...
Pero nadie te arrancará una sonrisa con sólo mirarte. Nadie te arrebatará un beso. nunca más sentirás desafíos en tu vida, porque lo has planificado todo. Cuando alguien extraño se te acerque, analizaras todo con una frialdad y estrategia impecables. Tendrás todo tan pensado, previsto, y analizado...

Ya no existirán sorpresas alegres en tu vida.

La voz, luego de otra pausa, continuó.

- Conocerás, si, tal vez, a alguien a quien dejarás que se acerque a ti. Creerás, erradamente, que sientes algo de esa magia de nuevo. Pero no será así. Nunca podrás sentirte querida. Ni siquiera haciendo el amor con esa persona te sentirás acompañada.
Entenderás mejor que nadie las estrategias de seducción y de manipulación. Practicarás cada una de las posiciones que sepas, pero nunca sentirás placer verdadero.
Una lágrima de angustia caerá por cada orgásmo que tengas. Porque ese leve placer carnal, te recordará aquello que jamás tendrás.

Lo peor vendrá cuando pierdas a esa persona...

- ¿Voy a sufrir mucho? - Preguntó ella comenzando a sollozar.

La voz se detuvo por un momento...

Lo meditó unos instantes...

- No sufrirás por la pérdida. - Finalmente respondió.

Ella respiró, un poco más aliviada.

- Sino que sufrirás el hecho de nunca haberlo tenido...- Concluyó la voz.

Y sólo cuando estés parada al extremo del abismo de lo desconocido. Sólo ahí, cuando ya no quede más tiempo. Sólo allí mirarás tu camino andado y te darás cuenta de que no has vivido. Sólo ahí se te ocurrirá mirar adentro tuyo para enterarte de que nunca te has arriesgado a vivir. Y desearás con todo tu anhelo codicioso volver el tiempo atrás, pero claro...

Ya será muy tarde.

Mariana se despertó sudando y se sentó subitamente en su cama. Moviéndo la mandíbula. Tocándose el rostro, oliéndose las manos. Masajeándose la piel de la cara. Saboreandose sus propios dientes, mirándo para todos lados, en su habitación a oscuras.

- Ufff!!! - Respiró aliviada y se desplomó de nuevo en la cama.

Una pesadilla... una pesadilla nada más...

- Uffff....

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