Y bue....

Capítulo 2

Caminábamos hacia el departamento de Claudia.

- ¡¡¡jajaja!!! - Reí

- ¡Ya dejá de hacer eso! - Dijo Santiago.

- Buenooo... un par de giladitas más y nada más... - Repliqué.

Él me miró con seriedad como diciendo "no lo hagas" pero aún así...

A las dos personas que les pasamos al lado se les cayeron las monedas al piso, rebotaron y se elevaron unos 3 metros a toda velocidad...

Después cayeron al piso normalmente.

Las miré de reojo, sus caras de asombro valían demasiado la pena como para dejarlas pasar. Aguanté la risa.

- Ya está, ésa era la última, la última... por hoy - le dije a Santiago en voz baja, intentando no tentarme de nuevo.

Seguimos caminando por la vereda oeste de la calle Santa Fe, hacia la Colón. Hacía calor, pero aún así el día era bastante liviano y alegre...

Claudia, a quien íbamos a visitar el día de la fecha, era una vieja amiga. Si es que se la podía llamar vieja con sus dieciocho años. Consejera como lo hay pocas y compañera como no las hay. Sabia en su interior. Reflexiva, hasta casi llegar al extremo de obsesiva. Curiosa como ninguna. Pero excelentísima amiga y colega.

Cuando llegamos ante el edificio me detuve un segundo a contemplarlo nuevamente...

Era un edificio alto, de unos once pisos.

El acceso tenía una pequeña escalinata de dos escalones de mármol bordó. La puerta era amplia, de vidrio, y con gruesos marcos metálicos en color bronce. En la pared lateral de la izquierda se encontraba el buzón y el panel. En la derecha los medidores de gas.

Santiago amagó con acercarse al pulsador, en ese momento lo detuve con una mano en el pecho y le dije:

- ¡No, no, no! Dejame a mí. -

Miré fijo al panel de botoncitos, típico de todo edificio de departamentos.

Me tuve que concentrar con más precisión que antes, lo cual me costó bastante, pero luego de unos segundos...

Sólo un botón se presionó bruscamente...

Santiago me miró. - ¡¡¡Dejá de hacer esooo!!! Jajajaja -

¡Click!

- ¿Hola? - Sonó la voz de Claudia del otro lado.

- Hola, ¿Estaría la encargada de la casa? somos del sindicato... - Le dije simulando una voz gruesa y de cantante de tango.

- Ya bajo Rolo... -

- ¡Carajo! ¿Cómo me reconociste la voz? -

- Porque... uno: mi mamá no está afiliada a ningún sindicato. y DOS: ¡¡¡Sos el mismo gil que hace jodas SIEMPRE ROLO!!! Ja ja! ya bajo... -

¡Click!

Desde donde nosotros estábamos, se alcanzaba a distinguir, hacia el interior del hall, dos grandes sillones de madera, sin almohadones, algunos cuadros poco comunes y unas dos o tres macetas con plantas. Hacia el fondo se notaban, en la pared derecha, las dos puertas de los ascensores; Y en la izquierda, las escaleras con los escalones más altos que haya conocido en mi vida.

Miré a Santiago... Corpulento y con su corto pelo peinado con gel como siempre, estaba mirando hacia la calle con una mirada extraña... como perdida en el viento... y se miraba las manos mientras, sin perder la seriedad en su mirada, cerraba los puños...

Eramos verdaderamente afortunados. Supuse que estaba pensando en eso....

Él quería practicarlo, pero lo suyo no era algo disimulado como lo mío (o, mejor dicho, no era algo "disimulable" como lo mío) ... necesitaba un lugar baldío, y además a él no le agradaría llamar la atención de la gente (a menos que fuera necesario... mmm... )

Crrrrrrrrr - ¡CRTAP!

- ¿Qué hacen, gente? - Preguntó Claudia

Santiago la saludó con un fuerte abrazo.
Yo permanecí quieto, a una distancia relativa de la puerta.

Claudia me miró.- ¿Y Rolo? ¿No entrás?-

La miré fijamente y me concentré...

Ella me miró confundida. Justo en ese momento pasó un señor caminando por detrás mío...

Sin darme vuelta hice que se le cayera una moneda al piso y...

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